Alberto Soldado, Quito (Ecuador). enviado especial

Llegó la selección valenciana son novedad al aeropuerto Sucre de Quito, a dos mil ochocientos metros de altitud. En un par de días estarán compitiendo; apenas hay tiempo para adaptarse a la altura, siempre superior a los dos mil doscientos metros en la cordillera andina. El sol se agarra a la cara. Quema. Los chavales andan emocionados. Todo lo miran, todo lo comentan. Para la mayoría de ellos es una experiencia única, inolvidable. Imagine a Pablo de Sella, 16 añitos, y miembro del equipo de estrellas valencianas. Todo lo pregunta, por todo se interesa. Llegan a un país lejano a practicar el deporte que conocieron siendo niños en Sella, en El Campello, Museros, Calp, Faura, Tibi, MurlaÉEscuchan a la guía turística: "hay mucha herencia española en Quito y en todo EcuadorÉ" Algunos se preguntan si algún tatarabuelo de Murla, o de Altea llegaría por estas tierrasÉNo parece fácil. Seguramente trajeron este deporte los frailes y conquistadores, que también necesitaban divertirse. Es el momento en el que pasan por la plaza de toros, donde estos días grandes carteles exhiben el rostro de los toreros más famosos que llegan de España. Ya saben, la Feria del Cristo del Gran Poder es una de las más prestigiosas del mundo. La Selecció Valenciana se hospeda en hotel de cinco estrellas, al mismo nivel que los toreros españoles. Ecuador ha apostado por un Mundial y quiere tratar bien a las expediciones extranjeras y mostrar al mundo que este país no tiene nada que ver con el de hace una década. De hecho se percibe en la calidad del parque automovilístico, en las edificaciones; en los centros comerciales. El Ecuador de aquella primera expedición pelotística valenciana de hace doce años, de las pioneras en el movimiento internacional- tiempos de Joan Pascual Llobell- no tiene nada que ver con el actual.

Holanda, la más madrugadora

Los jugadores holandeses se encuentran en Ecuador desde principio de la semana. Han querido llegar con tiempo para la adaptación y, sobre todo, para entrenar en los escenarios de juego. Cuando llegan los valencianos y se hospedan en Quito ellos están entrenando en las canchas de Ibarra. Pigat no quiere perder el tiempo. A primera hora ecuatoriana del viernes día 7 estarán en Ibarra para poder entrenar, aunque sea una sóla jornada. Todos se muestran ilusionados en hacer un gran papel. Esa presencia madrugadora holandesa ha inyectado presión a la representación valenciana, sin duda la gran favorita. El torneo comienza, a la modalidad de pelota ecuatoriana mañana sábado. Los primeros rivales serán los bolivianos. Es una experiencia totalmente novedosa pero ya sabemos la fácil adaptabilidad de los jugadores valencianos a cualquier modalidad. Incluso Ecuador, la gran favorita en ese juego, teme a los valencianos.