¿Le ha dado tiempo a hacer un primer balance?

Ha habido reuniones con el personal médico para intercambiar información e impresiones. Hay que seguir trabajando al máximo y asimilar los nuevos conceptos que da la medicina, que es una disciplina en constante transformación. Es una sensación agradable volver.

De los jugadores de su anterior etapa, Vicente no ha parado de luchar para recuperarse de lesiones y recaídas. Ahora parece que ya lo ha conseguido.

He hablado con él y tiene olvidadas todas sus lesiones. Es muy constante. Entrena al máximo de intensidad, con todas las cargas de trabajo, con las precauciones específicas para cada futbolista.

¿El miedo psicológico a padecer recaídas está en el origen de las continuas lesiones que ha tenido Vicente estos años?

Cuando hay patologías subyacentes, con continuas recaídas y no se acaba de ver la luz al final del túnel, hay ese temor. Pero ese no ha sido el caso de Vicente. Sus lesiones han sido variadas y han venido de malos apoyos, patadas... Es más, un jugador que no tuviera la fuerza psicológica y la perseverancia de Vicente, tal vez habría dejado el fútbol de haber padecido un rosario similar. El que es más fuerte, lo supera. Y Vicente lo ha demostrado.

Su Valencia fue un equipo que destacaba por su frescura física y la resistencia a las lesiones...

Fue una buena época. Se contó con la fortuna de tener grandes futbolistas, entrenadores, preparadores, y un departamento médico fuerte. Hubo una continuidad en las bases de trabajo, que siguieron Aragonés, Ranieri, Cúper, Benítez...

¿Va a intensificar en el Valencia el estudio de los aportes nutricionales y vitamínicos en los que usted fue pionero?

Sí, es obligatorio. Son diez meses de competición, con muchos viajes y concentraciones en los que conviven juntos, y todas las ayudas y controles que se puedan hacer a nivel de dietas y complementos son obligatorios, así como supervisar el control para que se cumpla.

¿En qué consiste ese plan? ¿En qué plazo se ven sus efectos?

Varía en función de las características de cada jugador, por los porcentajes de grasa y otros aspectos particulares. Este aporte energético, nutricional e hidratacional tiene efectos rápidos en la grasa, masa muscular, resistencia y velocidad. Pero la medicina sólo es una de los tres pilares de la condición física. Necesita también complementarse del trabajo de los preparadores físicos y de que el propio futbolista se cuide. El éxito siempre se debe repartir en equipo.

El debate está en la calle: ¿cómo se pueden explicar los traumáticos episodios de las muertes de Puerta y Jarque y el susto de De la Red en un intervalo de sólo dos años?

Es crudo decir que estos tres casos, tan seguidos, han sido una coincidencia. Ha sido así. Por desgracia, hay patologías de las que todavía no se puede encontrar una explicación. Y por eso es posible que se hagan todos los controles posibles, de manera escrupulosa y con protocolos muy definidos y aún así ocurran desgracia.

¿El mensaje está en hacer saber que la supervisión médica no evita los riesgos que toman los deportistas de élite al obligar a su organismo a llegar al extremo de la resistencia física por los rigores de la competitividad?

Mucha gente, fuera del deporte, fallece por muerte súbita, y en mayor porcentaje. Está claro que el deportista llega a poner a su corazón a una demanda de oxígeno tremenda, pero también es el mejor preparado para asumirla. El 99% de las patologías cardiovasculares son detectables. El 1% queda ahí, sin posibilidad de diagnóstico previo.

¿El hecho de que las muertes de Jarque y Puerta llegaran en agosto, el mes más duro en la preparación, condiciona el riesgo?

Son situaciones de mucha carga física para jugadores con patologías cardiovasculares que no se han encontrado. Puede influir, pero la realidad es que la gran mayoría de jugadores pasan las pretemporadas sin problemas.

Con un calendario cada vez más comprimido, ¿en qué grado influye en el organismo el estrés acumulado por la presión competitiva y mediática, así como la fatiga por los viajes, desfase horario, horas de espera, la mayor distancia geográfica de las pretemporadas...?

Todo influye, por supuesto. Toda esa presión ocasiona mucho estrés. Aunque el deportista es el mejor preparado, (de lo contrario no se llega a la élite), se está compitiendo al límite. Con el aumento de las competiciones, el fútbol se convierte en un deporte agresivo, que no va en favor de la salud. Hay un desgaste cardiovascular real. Es algo que estamos advirtiendo en los congresos. No se puede estirar más a los jugadores. Hay algunos que sólo tienen 21 días de descanso.

¿Y esos irrefutables argumentos como pueden convivir con las exigencias de un negocio?

Hay una rentabilidad que explotar, y más ahora en tiempos de crisis para los clubes. Pero no conviene exprimir más a los jugadores. A veces, en la selección hemos llegado a debatir sobre la conveniencia de convocar a alguien por el ritmo de partidos que llevaba.

Con usted en el "Terra i Mar" se supo el positivo de Onya

Rafa Blanquer y yo estamos muy encima de las atletas, controlándolas con pruebas hormonales cada dos meses, pero pasan un largo tiempo en Nigeria y otros países y es imposible controlarlas siempre. La Federación Española dictaminó a favor de Onya al considerar que la cantidad era irrisoria. Ahora estamos a la espera del veredicto de la IAAF.