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La moda de los precios bajos también se ajusta a los deportes de élite. La crisis económica aprieta los bolsillos de las clases medias y los privilegiados propietarios de pisos con terrazas que ofrecen vistas directas al circuito -como los dos de la foto, en la calle J.J. Dominé- flexibilizan sus precios con tal de sacar rendimientos. Arrendatarios que el año pasado ya alquilaron reconocen una reducción considerable en el número y cantidad de las ofertas. En el caso de Jesús, ha decidido alquilar sólo el balcón de su piso durante el tiempo que dura cada carrera. Eso sí, los compradores tendrán que quedarse únicamente en la terraza, porque él y su familia viven en ese mismo piso. Pero la intimidad parece no ser un problema, y Jesús asegura haber recibido multitud de ofertas. Los 350 euros por todo el fin de semana constituyen una de las gangas con las que estos afortunados tratan de "sacar dinero para los hijos", como él mismoasegura, renunciando a ver de primera mano un deporte del que suele ser seguidor.

Otros propietarios son más indecisos. Es el caso de Maite, dueña de un piso en la misma calle, que se alquila el resto del año, pero duda en hacerlo para el fin de semana: "No sé si vale la pena, porque la gente abusa y los desperfectos pueden salir demasiado caros. De momento, no he recibido ninguna oferta de la que me fíe". Y tan sólo quedan tres días para el comienzo del Gran Premio. Maite considera que sus vistas son mejores que las de la tribuna que se encuentra justo debajo del piso, y por eso ofrece un precio mínimo de venta de 480 euros (lo que vale la tribuna). En su caso, alquila todo el piso. Y lo hace por un total de 6 días. Ahora bien, tal y como aconseja la Guardia Civil, tan sólo podrá alquilarlo a cuatro personas, lo que le podría reportar un beneficio de unos 2.000 euros. Nada que ver con los 8.000 que recibió el año pasado.