?

Porto Cervo (Cerdeña), Sotogrande (Cádiz) y... Valencia. Alejandro Agag se pavoneó ayer, como si de un actor se tratara, por el asfalto del circuit. A sus 39 años, el yerno de Jose Maria Aznar es uno de los hombres más influyentes de la Formula 1 y actúa como tal.

Con desparpajo y atrevimiento -lo que contrasta con su imagen de aparente sosería-, el amigo de Flavio Briatore y candidato a suceder a Bernie Ecclestone en un negocio que mueve más de 6.000 millones de euros, se mueve como pez en el agua en el Gran Premio de Europa. Es y sabe que es un hombre importante. Y relevante.

Agag, al que aparentemente la crisis no le afecta a juzgar por las ostentosas vacaciones que ha disfrutado junto a su familia (julio en el enclave más exclusivo de Cerdeña y agosto entre Sotogrande -donde dicen que pagó 25.000 euros por el alquiler de una casa- y Marbella), cierra en Valencia su elitista verano para la próxima semana regresar a Londres donde tiene establecida su residencia.

Alejandro Agag ya se ha quitado la etiqueta de ser el yernísimo, para generar más de 40 millones anuales. Dicen de él que su ambición no tiene límite.

Vástago de una acomodada familia originaria de Argelia, Agag ha convertido el deporte en su principal fuente de ingresos. Y no se le da mal. El empresario, al que sus allegados definen como un perfecto relaciones públicas, desembarcó en la Formula 1 de la mano de Flavio Briatore al que conoció en una discoteca en Porto Cervo y, desde entonces, no se han separado. Son, dicen, el tandem perfecto. A ambos, por tanto, el fenómeno Alonso les ha venido de perlas para cimentar su imperio -en 2002 se hicieron con los derechos de la Formula Uno en España-. También es de reseñar la amistad que le une con el primer ministro italiano Silvio Berlusconi, con Clinton, Blair y, por supuesto, con lo más granado de la elite política y empresarial española.

Ayer, y como muestra de que sus inversiones son certeras, el empresario subió al podio del Gran Premio de Europa porque Vitaly Petrov, piloto de su escudería, fue el mejor en la GP2 series, el hermano pequeño de la F-1.