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A ritmo de cronómetro, tic-tac, la cuenta atrás para la venta de las estrellas del Valencia ha comenzado de forma definitiva. Salvo que aparezca algún multimillonario que esté dispuesto a pagar antes del verano más de 240 millones por las parcelas del viejo Mestalla, el Valencia está obligado a traspasar a su artillería pesada, léase David Villa, David Silva y, posiblemente, Juan Mata, en los próximos seis meses. El mensaje del presidente, Manuel Llorente, es claro y diáfano: el club no puede permitirse más perdidas si quiere evitar el proceso concursal. O lo que es lo mismo: ha de generar ingresos con urgencia con la venta de sus únicos activos con salida en el mercado, los futbolistas, para no seguir en caída libre.

La ampliación de capital y el préstamo de 50 millones de Eugenio Calabuig sólo han servido "para tapar agujeros", reconoció el dirigente el sábado.

"Para la temporada que viene tenemos que vender activos, que no espeficamos sin son las parcelas o jugadores. Una de las facetas importantes que tienen todos los clubes en su economía es por venta de jugadores.

Y cuando uno gestiona un club hay que sacar el máximo rendimiento deportivo y económico a un futbolista", aseguró Llorente durante la asamblea, en lo que no es más que el comienzo de un ejercicio de concienciación general. Hasta junio, le quedan 6 meses para mentalizar a la afición del Valencia de que no hay otra salida para salvar la crisis del club, con una deuda anunciada de 540 millones de euros.

O se obtienen 36 millones de euros por la venta de jugadores - el balance incluye un partida de ingresos por venta de activos de 44 millones y un beneficio de 8 millones- o el Valencia aumentará su deuda, una posibilidad que dejaría al club en la quiebra.

El Valencia no sólo necesita dinero para tapar su deuda, sino también para invertir en el motor que debe reimpulsar su economía en los próximos años: el nuevo estadio. Con 50 millones pendientes de pago a la UTE, más todo lo que queda por delante para continuar con la construcción del estadio -entre 150 y 200 millones-, el consejo de administración necesita ingresos extraordinarios para no dejar abandonado el esqueleto de hormigon que se levanta en la Avenida de las Cortes Valencianas.

De momento, no hay acuerdo entre el Valencia y las constructoras, que exigen garantías de cobro en los próximos meses.

Obligado como está a vender a sus principales estrellas, el debate creado en el propio Valencia es a qué futbolistas incluir en la lista. Confirmada la entrada de grandes beneficios por los traspasos de David Villa y David Silva, el club cuenta con otros jugadores de gran valor en el mercado. Mata, por ejemplo, a quien Llorente le mejorará el sueldo en los próximos días, pero sin renovar sus años de contrato ni variar su claúsula de rescisión. Pero, ¿cuánto podría ganar el Valencia con la venta de sus astros? Haciendo caso a las cantidades que se han manejado en los últimos meses, el club podría llegar a ingresar entre 70 y 90 millones de euros por Villa, Silva y Mata. Mientras el primero, con 27 años, se encuentra en la cumbre de su carrera, el canario (23) y al burgalés (21) están en plena progresión. Con el Mundial de Sudáfrica el próximo verano, el Valencia podría rentabilizar más el valor económico de estos dos jugadores. Y puestos a hacer cálculos, activos como Pablo Hernández, Marchena, Miguel, Banega o Fernandes también también podrían subir de precio en la cita mundialista.