A Unai Emery no le tembló ayer el pulso y castigó públicamente a Miguel Brito dejándolo fuera de la convocatoria. Así, el técnico aplicó a la indisciplina del portugués -llegó cuarenta minutos tarde al entrenamiento- la máxima pena deportiva. No será la única. En los próximos días, el jugador escuchará de boca de Manuel Llorente la sanción económica con la que se pena su comportamiento. Se prevé ejemplar. Y es que, el viernes no era un buen día para dormirse -la segunda ocasión en dos meses- ya que el equipo estaba citado en Mestalla para retratarse para la foto oficial y, por este motivo, todos los mandamases del club se encontraban en el estadio y el retraso fue más evidente. Además, con posterioridad se hizo público que el jugador había estado a las cuatro de la mañana en una conocida discoteca incumpliendo el régimen interno.

Desde el primer momento y tal como hizo en la ocasión anterior -en la previa del partido contra el Sporting-, Emery decidió excluir al lateral de la lista. Eso sí, en esta ocasión y para evitar lios posteriores -en ese momento, Llorente criticó públicamente la decisión por considerar que "perjudicaba al equipo"-, anunció la medida al Presidente que la respaldó sin ningún reparo. Y es que, el técnico está harto de los reiterados actos de indisciplina y poca profesionalidad exhibidos por el jugador portugués. El año pasado, como Miguel no tenía recambio, Emery callaba, ahora no.