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El jugador valencianista Miguel Brito fue detenido, y posteriormente puesto en libertad, en la madrugada del viernes al sábado por la Policía de Seguridad Pública portuguesa, durante un incidente que se produjo en una discoteca de Seixal, en las afueras de Lisboa. Según fuentes de la policía lusa, el suceso se produjo cuando "cuatro o cinco individuos", entre los que se encontraba el lateral del club de Mestalla, intentaron entrar en una discoteca a las cinco de la madrugada, cuando las puertas habían cerrado.

Cuando los agentes de seguridad del local impidieron la entrada, se produjo un altercado y las mismas fuentes apuntan que hubo incluso algunos disparos, que alcanzaron a un automóvil estacionado en los aledaños de la discoteca. Dos horas después de esa primera reyerta, Miguel y su grupo de amigos regresó a la discoteca, pero ya los esperaban agentes de la PSP, que procedieron a detenerlos y les condujeron hasta la estación de la policía.

Horas después y tras prestar declaración, Miguel y otros integrantes del grupo fueron liberados y sólo quedó detenido uno de ellos, a quien le fue incautada un arma de fuego.

Retahíla de precedentes

Miguel ha trufado las cuatro temporadas que lleva en el Valencia con muchos actos de indisciplina que han mermado su imagen y rendimiento. Varias han sido las veces que el futbolista ha llegado tarde a los entrenamientos tras quedarse dormido en casa. La última, muy reciente, el día de la foto oficial de la plantilla. Un acto que se retardó en espera de la llegada del defensa, que se presentó sin el traje oficial. Hubo que prestarle otro que no era de su talla y una corbata que no era naranja, color corporativo. El empleo de "photoshop" acabó camuflando la torpeza. Antes de ese incidente, Miguel ya había sido sancionado un par de veces, por un castigo por otra falta, al ausentarse de una sesión de recuperación.

Si el altercado de la pasada madrugada se produjo para celebrar la Nochebuena, el otro gran altercado en el que se vio envuelto Miguel ocurrió el 4 de enero de 2008, y fue para festejar anticipadamente la noche de Reyes. En aquella ocasión su compatriota y compañero de equipo Manuel Fernandes se vio obligado a pasar la noche en una comisaría, al tiempo que Miguel, acompañado por su hermano, no fue detenido, lo que le permitió dar su versión de los hechos a los medios de comunicación a la mañana siguiente. Según Miguel, habían sido acusados por otros clientes del establecimiento de haber robado un reloj, lo que desembocó en un enfrentamiento con estas personas, que en realidad eran policías vestidos de "paisano". Fernandes, además de pasar la noche detenido, fue sometido a un juicio rápido por agresión a un agente de la autoridad. El club sancionó económicamente a ambos futbolistas, aunque no trascendió públicamente la cuantía.

Podría marcharse del club

El enésimo incidente podría acabar con Miguel fuera del Valencia. La paciencia del club se ha agotado y se podría facilitar su salida en el mercado de invierno. El futbolista no ve con malos ojos esta opción porque esta temporada ha perdido por primera vez la titularidad desde que llegó a Mestalla y necesita minutos de juego para ser convocado para el Mundial.