? La política del Valencia en materia de jóvenes promesas está muy clara: Cuanto menos protagonismos, mejor. Hay que proteger a los chavales, ya que un subidón del ego en la etapa de inmadurez puede resultar muy peligroso. El resultado se ve al instante en Carlos Soler Barragán, el jovencito de 12 años que fue elegido el pasado martes mejor jugador del XIV Torneo Internacional Blue BBVA de Fútbol 7, uno de los campeonatos coorganizados por Canal Plus que cada año catapulta a auténticos talentos, como en su día a Xavi Iniesta o Fernando Torres. Esta vez, el torneo ha encumbrado al Valencia, tercero tras ser eliminado en los penaltis en semifinales, y con él a Carlos, "un centrocampista ofensivo de una calidad deportiva y humana enormes", asegura el entrenador del equipo, Javi García.

"Jugamos muy bien y merecimos ganar", dice Carlos nada más bajar del autobús y ser recibido anoche por su familia en la ciudad deportiva de Paterna. De él se hablan maravillas y se le considera una de las perlas más codiciadas de la Escuela del Valencia CF. "Claro que me gustaría ser futbolista, pero yo ahora estoy aprendiendo", explica. "Mis padres me animan mucho, pero también me dicen que me lo pase bien, que eso es lo importante", añade Carlos, un chaval con mucho carisma en el equipo.

La web de fútbol "descubrepromesas.com", que busca a futuros talentos, destaca a Carlos tras su brillante participación en Canarias, donde todas las críticas lo definen como un jugador de unas excelente cualidades técnicas: "Centrocampista con un guante en su pierna derecha, es especialista en jugadas a balón parado y de un técnica muy depurada" le definen. "Al fútbol 7 juego de segundo delantero, pero en el fútbol 11 juego de punta", explica Carlos, quien recuerda las emociones vividas en la competición, seguida por Cuatro y Canal Plus para toda España. "Lo mejor fue cuando me eligieron el mejor jugador y lo peor que nos eliminara el Borussia en los penaltis, porque merecíamos ganar", afirma.

Carlos llegó a la escuela del Valencia CF con sólo 7 años. Jugaba en el Bonrepós con niños de dos años mayor que él. Los ojeadores del club lo llamaron para incorporarlo al ver su desparpajo del centro del campo hacia adelante, donde se desenvuelve con una asombrosa facilidad. Carlos es del Valencia y su condición de jugador de la escuela le permite ir a ver a su equipo regularmente a Mestalla. No hay ninguna sorpresa cuando nombra a sus ídolos. "Quiero ser futbolista y me gustaría ser como Villa, Silva o Mata, son los mejores del mundo", asegura con una sonrisa de oreja a oreja. Su abuelo es el encargado de llevarle a los entrenamientos en Paterna, donde aparte de jugar muy bien al fútbol tiene "muchos amigos".

Cuando Carlos se despide del periodista, se acerca su entrenador para insistir en la calidad humana del chaval. "En el autobús le he dicho: "Carlos, enhorabuena, pero no te crezcas'" Y me ha dicho: "Tranquilo, Javi, ya lo sé". Es un chaval muy maduro para su edad", afirma.