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ntonio Reig Ventura,"Rovellet", dispondrá de una calle con su nombre en la ciudad de Valencia. La noticia ha sido acogida con el natural alborozo por los amantes a este deporte. Nacido en la mismísima calle de Pelayo, en 1932, debutó entre los grandes con apenas quince años. Hijo del Rovell de Dénia, pelotari de principios de siglo XX, mamó la afición viendo jugar a Fuentes, Quart, El Faixero o El Lloco. Su estilo se asemejaba, según confesó en cena inolvidable, el inolvidable Paco Gandía, al del Fusteret de la Llosa. A los veinte ya era una primera figura, sucesor natural de otra leyenda como Juliet d'Alginet. Durante más de veinte años estuvo en las cumbres y si en aquel momento se hubieran jugado torneos oficiales individuales a buen seguro que dispondría de una marca extraordinaria. Ya en su ocaso fue capaz de derrotar a Eusebio, mano a mano, en un par de desafíos inolvidables. Rovellet fue el mejor; el maestro de la elegancia, de la técnica y de la estrategia. Disfrutaba y hacía disfrutar con mágicas pegadas; dominó todos los espacios, todos los golpes. Y todo lo hizo fácil. Y además, sólo ha sabido hacer amigos. Nunca un mal gesto, una mala palabra, un comentario salido de tono. Conversar con Rovellet es una delicia para cualquier enamorado de este deporte. Habla de la pelota con un inmenso cariño y con una memoria prodigiosa.

La ciudad de Valencia reconoce a una leyenda del deporte valenciano y la pelota agradece este gesto de justicia.