El escritor Javier Marías, futbolero confeso, dice que cuando se enfrentan dos equipos que le son indiferentes, cuando le trae sin cuidado cuál gane y además no logra que las circunstancias ni los elementos extradeportivos le lleven a preferir la victoria de ninguno, acaba por aburrirse. Me parece que Marías se equivoca por dos motivos.

Primero, porque un aficionado al fútbol puede disfrutar viendo un partido entre Villarriba y Villabajo sin que le importe un pito Villarriba ni Villabajo, sin que tenga una antigua novia en Villarriba que le haga desear la victoria de su equipo, y sin que en Villabajo juegue un extremo que le debe dinero y al que desea lo peor. Es decir, un partido entre Villarriba y Villabajo, entre Tigres y Leones, entre A y B, entre Fresa y Chocolate o entre Fútbol Club Futbolístico y Club de Fútbol Futbolero puede ser entretenido si el juego es entretenido. Así de sencillo. Y, en segundo lugar, es imposible que las circunstancias o los elementos extradeportivos no lleven preferir la victoria de Villarriba o de Villabajo, de los Tigres o los Leones, de A o de B, de Fresa o Chocolate, del Fútbol Club Futbolero o del Club de Fútbol Futbolístico, de Sudáfrica o México.

¿Sudáfrica o México? Primer partido del Mundial de Sudáfrica entre dos equipos del grupo A (España juega en el grupo H). Sudáfrica es la patria de Nelson Mandela, y México vio nacer a Emiliano Zapata. Es bueno que la selección del país anfitrión haga un buen papel en un Mundial (¿recuerdan el triste camino de España en el Mundial de 1982?), pero también es bonito que un país tan especial como México pueda disfrutar con su selección. La camiseta de la selección sudafricana es preciosa, pero la camiseta de la selección mexicana también lo es.

El seleccionador sudafricano es un viejo conocido del fútbol mundial (Carlos Alberto Parreira, campeón con Brasil en el Mundial de 1994), y el seleccionador de México es un viejo conocido del fútbol español (Javier Aguirre, ex entrenador de Osasuna y Atlético de Madrid). ¿A quién animamos? ¿Qué circunstancias o elementos extradeportivos pueden hacer que nos inclinemos por animar a Sudáfrica o a México?.

En primer lugar, no es necesario inclinarse por sudafricanos o mexicanos para disfrutar con el partido inaugural del Mundial de Sudáfrica. En segundo lugar, hay circunstancias de sobra para animar desde casa a, por ejemplo, Sudáfrica.

El partido Sudáfrica-México fue un bonito partido. Divertido, disputado, con buenos detalles, un gran gol (el de Márquez fue producto de un error de la tierna defensa sudafricana), un balón al poste, gran ambiente, mucho colorido y kilos de emoción. Aunque veamos a Sudáfrica y México como Villarriba y Villabajo, es imposible (si nos gusta el fútbol) aburrirse con un partido tan intenso y jugado con tantas ganas. Pero los que necesitan desear la victoria de uno de los dos equipos para poder aguantar noventa minutos de fútbol, tampoco lo tuvieron difícil.

En Sudáfrica no sólo juega un centrocampista con el maravilloso nombre de Thsabalala, sino que, encima, metió el primer gol del Mundial tras una jugada absolutamente perfecta y bella. Además, Thsabalala y sus compañeros celebraron el gol con un baile tan divertido y elegante que muchos nos decidimos a apoyar a la selección sudafricana, a pesar de que en México juega Cuauhtemoc Blanco, que tampoco está mal.

Yo voy con Sudáfrica hasta que se enfrente con España, pero ni un paso más. Sudáfrica es el país de Mandela, es la selección anfitriona, viste de amarillo, la entrena el entrañable Parreira y cuenta con Thsabalala, el autor del primer gol del campeonato y candidato ya a ser uno de los mejores goles de este Mundial.

Thsabalala, oh, oh, oh, fue un rayo de sol sudafricano en el estadio de Johannesburgo que hizo que algunos nos decidiéramos a animar a Villabajo hasta el empate final, e incluso un paso más allá.