Argentina dio un paso de gigante hacia los octavos de final del Mundial de Sudáfrica gracias a una espectacular goleada ante Corea del Sur (4-1) labrada por la fenomenal potencia ofensiva albiceleste y rematada por un Gonzalo Higuaín que se marchó del Soccer City con un triplete.

Los hombres de Diego Maradona pidieron cita en este estadio que acogerá la final del Mundial y lo hicieron a lo grande, con un partido pleno de dominio y de eficacia goleadora. El triplete de Higuaín, el tercero de un albiceleste en un Mundial, hizo olvidar su falta de acierto en su debut ante Nigeria y le situó como máximo anotador provisional de la competición por delante del uruguayo Diego Forlán.

El equipo tapó con tantos los errores que pueda tener en su planteamiento y el resultado es una imagen seductora que, sin duda, dará que hablar en los próximos días. Maradona tiene a la Argentina que quiere, un equipo ambicioso y ofensivo, un torrente de goles que diseñó desde que llenó su lista de convocados de delanteros.

Los surcoreanos, impotentes ante el aluvión argentino, recurrieron a las faltas para detener el partido, lo que provocó la notable cólera de Diego Maradona, que con ostensibles gestos hizo saber su cabreo a su colega rival Huh Jung Moo. Quizá le recordó el partido del Mundial de 1986 en el que se midieron y en el que el surcoreano sólo pudo recurrir a las faltas para tratar de frenar el torbellino de juego que era en aquellos años 'El Pelusa'.

Algo similar se repitió 24 años más tarde, con Messi en el lugar del "10" en racha, del líder indiscutible del equipo. Y un Higuaín que se metió en la piel de Valdano. El de Rosario estuvo menos presente que en el debut ante Nigeria, pero cada una de sus apariciones fue un resplandor en el Soccer City.

Argentina dependió menos de él, pero también quiso poner su firma en el encuentro, aunque se marchó sin marcar. Aunque lo mereció, sobre todo cuando en el minuto 44 embrujó a seis defensores surcoreanos para hacerse un hueco y colocar un balón con suavidad que se escapó por centímetros a la derecha de la meta rival. El menor peso del rosarino fue compensado con una mayor presencia de sus compañeros. Higuaín se dio un atracón de goles. Di María, transparente en el primer partido, dejó notas de su calidad.

Argentina jugó cómodo el primer tiempo, a favor de corriente desde que Park Chu Young se metió el gol en propia puerta a los 17 minutos, tras una falta sacada al área por Messi y que rebotó en el centrocampista asiático. El tanto, justo premio al dominio argentino, fue demasiado castigo para unos surcoreanos que, hasta ese momento, no habían concedido ninguna ocasión.

Y tuvo la virtud de serenar a Argentina, que dejó los mejores minutos de su fútbol en lo que va de Mundial, con un Maxi Rodríguez incisivo, un Tévez ambicioso y un Higuaín oportunista. Además, claro, de un Messi brillante.

El sosiego argentino se rompió en el descuento del primer tiempo, cuando un error de Demichelis acercó a los surcoreanos en el marcador. Un balón largo del portero fue peinado por Park Chu-Young y mal controlado por el central argentino acabó en los pies de Park Chu-Young que batió a Romero. Pero el avance coreano dejó espacios en la defensa. Maradona lo vio y dio entrada al veloz Agüero en sustitución de Tévez. De la aceleración argentina se aprovechó Higuaín para lograr otros dos goles.

Argentina: Romero; Jonás Gutiérrez, Martín Demichelis, Walter Samuel (Nicolás Burdisso, m.23), Gabriel Heinze; Javier Mascherano, Maxi Rodríguez, Ángel Di María; Lionel Messi, Carlos Tévez (Sergio Agüero, m.75), Gonzalo Higuaín (Mario Bolatti, m.83).

Corea del Sur: Jung Sung-ryong; Oh Beom Seok, Cho Yong Hyung, Lee Jung Soo, Lee Young Pyo; Ki Sung Yueng (Kim Nam Il, m.46), Kim Jung Woo; Lee Chung Yong, Park Ji Sung, Yeom Ki Hun; Park Chu Young (Lee Dong Gook, m.81).

Goles: 1-0, m.17: Park Chu Yueng en propia puerta tras una falta sacada por Messi; 2-0, m.33: Higuaín de cabeza; 2-1, m.45: Lee Chung Yong; 3-1, m.76: Higuaín; 4-1, m.80: Higuaín.

Árbitro: Frank de Bleeckere, belga, amonestó a los surcoreanos Yeom Ki Hun y Lee Chung Yong y a los argentinos Jonás Gutiérrez, Javier Mascherano y Gabriel Heinze.