Telecinco ha demostrado sobradamente ser una empresa experta en mercadotecnia. Y si Sara Carbonero es su activo mediático más internacional (un millón de veces más que Pilar Rubio), no hay que desaprovecharlo. Ayer, la página web de la televisión ofrecía todos los datos del partido ante Honduras. Y entre los links, una galería. No con las mejores jugadas del partido, sino con, textualmente, "todas las imágenes de Sara Carbonero en el España-Honduras". En el que no se privan a la hora de ofrecer las imágenes más exhuberantes. Ella también deja algunos mensajes en un videoblog, que no es más que una locución con un pequeño relato en el que se despide de sus ciber-admiradores con "un beso".

"Cállate la boca" en la libreta

A todo esto, ella no ha dicho ni mu. No le hace falta cuando es un fetiche mediático de primer orden, ora columnista del diario Marca, ora modelo para un anuncio de chicles que garantizan la blancura de dientes. No le hace falta hablar: lo hace por ella la libreta que la acompaña. En su portada está escrito, con letras infantiles, pero de gran tamaño, la expresión "Cállate la boca", aunque ese revuelo, ese acoso de flashes, como el que sufrió antes de entrar en directo, es el que vale jugosos contratos y portadas como la de Elle del pasado fin de semana.

"Imposible no mirarla" se lee en el Diario de Tucumán, argentino. En El Comercio de Perú teorizan sobre "la estrategia de enviar bellas periodistas al Mundial", a la vez que reconocen que Sara les dio calabazas al intentar entrevistarla.

Casillas, con su nuevo aspecto sin barba (lo que faltaba para dar que hablar" sólo habló en 20minutos.es. O, lo que es lo mismo, el amigo, del amigo de un amigo ("fuentes próximas") y a la pregunta "¿te desconcentra Sara?", la contestación es "No, Sara no me desconcentra". Normal. Quizá la victoria y que la prensa inglesa no ha respirado calmen los calores.