Nos sorprende el conseller Serafín Castellano reuniéndose con el presidente de la Federació de Pilota Valenciana y anunciando la creación de un centro de alto rendimiento para este deporte. ¿Qué pinta ahí el conseller de Gobernación? Parece el Superman del Consell. Ha pasado de tener un pie fuera del gobierno de Camps, por aquellas adjudicaciones a un amigo, cuando estaba en Sanidad, a ocuparse de apaciguar a las bandas de música, a los bomberos y, ahora, también, ¿del deporte en general o sólo de la pilota, con la excusa de que es nuestro deporte autóctono? De manera que uno se pregunta ¿quién manda ahí, en la Generalitat, en materia deportiva. ¿Sigue habiendo una Consellería de Cultura y Deportes? ¿Acaso la han suprimido y ya le han transferido a Castellanos las competencias deportivas, y con esto de los calores veraniegos, yo no me he enterado? Si la cuestión no viniera acompañada de otras dos noticias tremendas, no pasaría nada, pero si las juntamos, nos percataremos del desgobierno, o del mal gobierno deportivo de la Generalitat.

Una ha sido la que publicaba Levante-EMV la pasada semana: somos la segunda autonomía «del mundo mundial» (como le gusta decir a los chicos/as de Camps) pero por la cola en inversión deportiva por habitante (5,26 euros). La otra se refiere a la nueva inyección de dinero de la Generalitat a la Sociedad del Motor y Promoción Deportiva que regenta el Circuit de Cheste, para que no caiga en causa de disolución por quiebra. Si juntamos las noticias en una coctelera, sale un caldo de locura. ¿Alguien parará algún día tanto despropósito? De momento, parece que no, y así seguimos siendo únicos y dignos de estudio fuera de nuestras fronteras.

Únicos en gastarnos muchos dineros en eventos festivos como el Torneo de Futbol Indoor de veteranos, al que le dan más subvención que al deporte en edad escolar, para que cuatro ex figuritas se lo pasen pipa,

Únicos en pagarle a Bernie Ecclestone 18 millones de euros de canon, mientras nuestras federaciones autonómicas se reparten la módica cantidad de 1,4. Únicos, también, en organizar regatas con ocho barcos participantes que salen de Alicante y llegan a San Petersburgo, por 70 millones que, dicen, pagan los patrocinadores, salvo, entre otras menundencias, la ceremonia inaugural adjudicada a los de la trama Gürtel por casi 500.000 euros. Y sin saber, además, cuánto costarán las próximas tres ediciones, ni el traslado de la organización desde el sur de la pérfida Albión hasta las costas alicantinas. Mientras tanto, a nuestros aspirantes a futuros campeones, se les caen a trozos las instalaciones del Centro de Tecnificación de Cheste, por ejemplo.

Seguimos siendo únicos al mantener sociedades con pérdidas, como la del motor, a la que la Generalitat le inyecta por tercera vez capital social, para impedir la quiebra técnica, con alrededor de 70 millones de euros perdidos en sus diez años de vida. Los datos que aportaba el informe de Levante-EMV son de vergüenza. ¿Se le caerá la cara a alguien, o es que no tienen, con esto de que no se sabe quién manda? Estamos a años luz de los primeros en inversión por ciudadano: Navarra (80,17 euros por ciudadano), La Rioja (33,56 ) o Castilla-La Mancha (32,49) y al triple de distancia de Cataluña, los primeros en volumen de inversión total con 99 millones; de Andalucía, los segundos con 94 o de Madrid, tercera con 75 millones dedicados al deporte. Nosotros, sólo contamos con 26,7, un poquito más que el antiguo canon de Ecclestone. No sigamos con más datos porque la moral se nos baja a los pies. Es mejor analizar por qué somos dignos de estudio.

Hay dos razones. La primera: cómo nuestras federaciones mantienen el tipo (organizan competiciones, mantienen una estructura, tiene empleados, etc.) con los 40.000 euros de media que les dan (hay 35 federaciones, y dado que no se reparte por igual, a algunas no les llega ni para sellos). Eso sí que es tema para una tesis doctoral (subvencionada, of course). La segunda: con el escaso presupuesto de que dispone oficialmente la teórica Consellería del ramo, ¿cómo se puede organizar un Open 500 de Tenis, el Global Tour de Hípica, la Fórmula 1, el Mundial de motociclismo, la Volvo de Vela, y alguna que otra cosita más, sin olvidarnos de la pasada Copa del América?

Lo primero sería un misterio si no conociéramos el sacrificio de los dirigentes federativos y sus afiliados, pero lo segundo no tiene ningún secreto, porque sabemos que los dineros para esos eventos salen de otros fondos: de las sociedades públicas de nuestra Generalitat, como la deficitaria del Motor, esa de grandes eventos, la de la imagen estratégica de la Comunitat, la Agencia Valenciana de Turismo o, incluso, la arruinada RTVV. Si sumáramos todo eso, seguro, seguro que no seríamos los penúltimos de la fila autonómica. Pero claro, eso ¿sería una inversión por ciudadano en materia deportiva o habría que sumarlo al capítulo de gastos en saraos varios, con o sin glamour?. ¿Tiene la administración un capítulo así?. Es igual, si no lo hay aquí se lo inventan.

¡Ay!, cuando lo sumemos todo. Ese día nos saldremos.