Miguel de Petrer y Soro III de Massamagrell han sido los elegidos para el privilegio de disputar la primera final del Individual en el majestuoso recinto de la Ciutat de la Pilota. El 17 de octubre se convierte en una fecha para la historia. Miguel ya sabe lo que es disputar una final del máximo campeonato de este deporte. Hubo de enfrentarse en Sagunt a un Álvaro en plenitud para perder con dignidad. Soro III accede por vez primera. Su trayectoria ha sido fulgurante y en poco tiempo ha escalado a las cumbres. Ambos desfilarán entre las paredes azules, ante más de mil espectadores que llenarán las gradas, cómodamente ubicadas. El nuevo trinquet es como todos los trinquetes pero preparado para los tiempos de la imagen. Cuando desfilen entre una ovación unánime, en los minutos previos al primer pelotazo sentirán el peso de la responsabilidad histórica. Sí, efectivamente esta semana es muy especial. Son los días en los que se siente una hermosa presión. Miguel y Soro III viven lo que no pueden vivir el resto de jugadores. ¿Será por eso por lo que Álvaro confirma la intuición de que repetirá presencia en el Individual en el 2011? Sí, es una enorme presión, pero, ¿acaso no es mejor esa presión que constatar la indiferencia, el mirar la partida con sensaciones contradictorias?

Miguel y su sacrificio

Miguel es pelotari que ha demostrado condiciones especiales para el mano a mano. La desgracia eliminó a Genovés en su propio pueblo pero en todo caso su victoria no pintaba fácil. No lo hubiera sido. Ya se demostró el pasado año en Bellreguard en una épica semifinal en la que Miguel puso contra las cuerdas a Genovés II. Estamos ante un soberbio pelotari que, en el mano a mano, no desaprovecha ninguna oportunidad. Cuando el cadete Miguel viajaba a cargo de sus mejores amigos por la geografía valenciana en busca de un lugar en la gloria tuvo momentos de duda, de vacilación. Encontró voces amigas, bolsillos generosos, para que no se rindiera. A su familia, y a esas gentes que siempre creyeron en él, dedicará el éxito, en el caso de conseguirlo.

La ilusión de Quico

El nieto del Tio Pena y sobrino de una de las grandes figuras de la época de Rovellet y Eusebio se empeñó en ser pelotari para agrandar la saga familiar, sin la cual no se entendería la pelota valenciana en Massamagrell. Quico ha peleado con sacrificio y criterio. Vive para la pelota valenciana. Quiere ser el número uno. Y tiene cualidades para serlo.