El pasado viernes en la Ciudad Deportiva de Buñol, al solecito, después de comer un sabroso bocadillo de tortilla de patatas y beber una cervecita bien fría, viendo entrenar a nuestro Levante acompañados de buena gente como Gimeno y Garcerán, pensamos. «¡qué más podemos pedir!» Sentimos una gran satisfacción personal que nos animó a tomar el boli. Porque habíamos decidido escribir allí el artículo de la semana. Y lo escribimos así:

La batalla del domingo es una de las pocas películas relacionadas con el mundo del fútbol que hemos encontrado en la amplia filmografía del formidable actor Manuel Alexandre, fallecido esta semana y que ha dejado otro vacío irrecuperable en el cine español. El argumento gira alrededor de la figura de Alfredo Di Stéfano y el título se refiere a los partidos futboleros que entonces eran siempre dominicales. Otra película es Jenaro el de los 14 centrada en una quiniela millonaria a causa de un «dos» en un Real Madrid-Murcia. Curiosamente el Murcia, equipo de la patria chica del actor. Y una tercera es Fuera de juego, más reciente, donde un grupo de jubilados en una residencia montan un equipo de fútbol.

La batalla del domingo es también el partido de esta tarde en el Ciudad de Valencia. Uno más en la «guerra» por la permanencia en la que están enfrascados Luis García Plaza y sus futbolistas. No nos gusta utilizar terminología bélica para escribir de fútbol pero en esta oportunidad lo hemos hecho para poder evocar, quizá metiéndola con calzador, la figura de Manuel Alexandre.

La Real Sociedad, rival del Levante en el día de hoy, está en esta misma «guerra» y viene con deseos de ganar la «batalla este domingo». Se muestra desenvuelta en Primera, con un buen entrenador llamado Martín Lasarte y el apoyo de su reanimada afición. Un entrenador, por cierto, que no se portó con excesiva amabilidad en el partido que jugó el Levante en Anoeta la temporada pasada. Se mostró muy provocador con García Plaza. Por eso esperamos que esta tarde no se comporte de esta manera y la feliz noticia sea que ambos entrenadores se den la mano al final del encuentro.

A la Real la primera vez que la vimos contra el Levante fue en mayo de 1964 en Vallejo. Ganó cero a uno en el partido de vuelta de los dieciseisavos de final de la Copa S. E. el Generalísimo. En el de ida habían empatado a cero y con esa victoria realista el Levante quedó eliminado por un equipo de Segunda División, categoría en la que militaba la Real entonces. La última fue la temporada pasada. Venció el Levante uno a cero de penalti. Logró una victoria mínima que firmaríamos para el día de hoy, claro que la firmaríamos.

Con este positivo deseo terminamos de escribir nuestro artículo de la semana en Buñol, al solecito, viendo entrenar al Levante, con otra cervecita fría en la mano, acompañados de buena gente como Gimeno y Garcerán, y volviendo a pensar de nuevo: «qué más podemos pedir!»