Ya estamos de vuelta a casa después de 22 días de periplo por el mundo, por Japón, Malasia y Australia. La última parada ha sido esta, la de Australia, un país donde solemos pasar una semana tranquila todos los que componemos la caravana del Mundial. Solemos alojarnos en casas de particulares que nos alquilan para este periodo pues no existen casi hoteles en la zona. Solemos disponer de una casa para cada grupo de mecánicos y el ambiente que se vive es bastante agradable. Nos organizamos de manera que hay que ir a hacer la compra, cocinar y compartir bastantes cosas que requieren organizarse un poco. Durante el martes y el miércoles (días en los que no es imprescindible ir al circuito) nos dedicamos a hacer algo de deporte por las playas de la isla y ¿porqué no?, algo de turismo por la isla. Como todos lo años hicimos la visita de rigor al zoológico de Cowes para ver los koalas y demás animales exóticos. También a ver los pingüinos que llegan todas las noches por el estrecho de Baz para dormir en las laderas de las montañas de Phillip Island.

Tras el buen resultado de Malasia esperaba poder confirmar mi recuperación en el circuito de Phillip Island, un circuito que me encanta. No es una pista muy larga pero sí muy rápida en la que la velocidad media no baja de los 160 km/h por lo que es muy emocionante para los pilotos Normalmente he conseguido buenos resultados allí, siendo el mejor el tercer puesto que conseguí en 2007. El fin de semana ha sido complicado porque la lluvia ha hecho acto de presencia en varias ocasiones y eso nos ha dificultado bastante el trabajo. Aún así me pude clasificar en cuarta fila de parrilla, con poca diferencia sobre el quinto clasificado y ese era mi objetivo, terminar la carrera entorno al quinto puesto. Pero las cosas no siempre salen como quieres y esta vez me encontré con un wild card australiano que ante la oportunidad de poder destacar en una carrera del Mundial hizo una maniobra que no debía y provocó que ambos nos fuéramos al suelo. ¡Y encima se enfadó! Realmente no voy a hacer caso de este tipo de cosas que quedan fuera del deporte y lo único que pueden hacer es ensuciar el nombre de este deporte tan bonito que es el motociclismo. No me queda nada más que coger el avión durante algo más de 20 horas, llegar a casa a estar con mi familia y preparar a tope la recta final del campeonato que son Portugal y Valencia. Por cierto espero que todos tengáis ya las entras para ver el Gran Premio de la Comunitat Valenciana en Cheste. No os lo perdáis, va a ser un espectáculo.