Manuel Hussein ( Las Palmas de Gran Canaria, 1962), lleva una lucha titánica contra los elementos desde que tomara las riendas del Power Electronics Valencia. Si la pretemporada resultó complicada por la profunda reestructuración de la plantilla y la ausencia de los mundialistas, el inicio de la liga ACB se ha convertido en un camino plagado de escollos. A la dureza del calendario -Barça y Madrid para empezar en las jornadas tres y cuatro- se ha sumado una lesión tras otra.

No es de extrañar que cierto clima de pesimismo se haya instalado en el seno del club, alimentado por las tres derrotas seguidas en la competición doméstica - sólo lleva un solitario triunfo contra el CB Granada-, y el duro estreno en la Euroliga ante el todopoderoso Panathinaikos (56-72). Y, pese a ello, Hussein no se arredra. Ayer, en un alarde de coraje, pedía paciencia. "No se pueden conseguir victorias desde las urgencias, ni desde la ansiedad ni el nerviosismo", manifestaba antes de partir hacia Estambul."Si en estos momentos el equipo se pone nervioso y cunde el pánico, propiciará un estado aún más preocupante", manifestaba en el aeropuerto, en declaraciones facilitadas por el Valencia Basket. En un intento por quitar dramatismo a una situación difícil, abogaba por la calma. "La plantilla está entera, nos afectan lógicamente las bajas y el no poder contar con jugadores importantes, en las rotaciones y en lo físico", argumentaba, al tiempo que recordaba que es el precio que hay que pagar por estar con los mejores.

El andar inmerso en dos torneos tan exigentes como la ACB y la Euroliga apenas concede una tregua, ni tiempo para las lamentaciones. De hecho, el equipo trabaja desde ayer en Estambul el partido contra el Efes Pilsen, y lo hace sin Nando de Colo, ni Jeremy Richardson. Ambos se han quedado en Valencia, que es sinónimo de problemas. Y el adversario de esta segunda jornada continental, el Efes Pilsen de Velimir Perasovic e Igor Rakocevic, y que ayer se reforzó con la incoporación del contrastado pívot croata Nikola Vujcic, llega a la cita con la derrota ante el Olimpia Ljubliana aún escociéndole (95-90). Un revés que para Hussein no añade mayor presión al conjunto turco. "No se puede hablar ya de ansiedad", vino a decir. "Esta terminología cuando todo está empezando me parece precipitada, porque cuando se lleve la mitad de la competición cogemos una pistola y nos pegamos un tiro", comentaba con una franqueza exenta de artificios que está caracterizándole desde que está en Valencia.