Waldo Vila Gilabert nació circunstancialmente en un pueblecito francés peroes valenciano de Oliva y pelotari de leyenda. El pasado viernes certificó su noveo título individual en la modalidad de "raspall". Lo hizo ante un Armando desarmado anímicamente, incapaz de resistir la envergadura de su rival, omnipresente de principio a fin. La final apenas duró veinte minutos. Sobre todo lo demás.

La figura de Waldo adquiere una dimensión que puede catalogarse de histórica. En el juego de pelota, tan diverso desde sus orígenes, que en esa diversidad está su seña de identidad, sus grandes figuras lo han sido en diferentes modalidades. En el ámbito vasco, por citar a alguno ahí está Chiquito de Eibar que lo fue el juego a largo y al juego de frontón; en el ámbito valenciano, figuras como el Nel o Simat presumían de ser los mejores en la calle y en los trinquetes, a Llargues o a "escala i corda". Tuvimos que esperar a la grandiosidad de Genovés para encontrarnos con un pelotari que destacaba en todos los terrenos. Paco fue el mejor en todas las modalidades, y así lo certificó en competiciones y desafíos.

Campeón polivalente

Y ahora,Waldo es un pelotari que puede entrar en ese reducido grupo de los que han sido capaces de cautivar en todos los terrenos. Waldo es el mejor en el "raspall" pero ha sido campeón de frontón valenciano, en el Obert Ciutat de Valencia, en el Obert de Albal y en el Obert de España, en el que participó de manera destacada. También ha practicado con buen nivel la "escala i corda" aunque se ha quedado con ganas de intentarlo en el Individual. Pocos dudan de que en esa especialidad podría entrar entre el grupo de elegidos. Y fue campeón mundial de Llargues con la selección valenciana en el año 2000. Los reiterados éxitos en las últimas competiciones pueden, de nuevo, abrirle las puertas a la selección valenciana ante el próximo Mundial de Holanda en el que los valencianos intentarán recuperar el cetro perdido en el Mundial de Ibarra (Ecuador) donde sus prestaciones estuvieron por debajo de lo esperado.

Campeón comprometido

Waldo, como todo campeón que se precie, ha demostrado un compromiso firme en la defensa de su dignidad como deportista, y solidario con sus compañeros. No ha tenido reparos ni miedos en enfrentarse a las empresas cuando ha creído que sus reivindicaciones eran justas. Ese compromiso se extendió al ámbito del servicio a los ciudadanos como concejal en el Ayuntamiento de Oliva. Desde dicho cargo ha sido impulsor decidido en la construcción de un majestuoso trinquet que puede convertir a esta población, santo y seña del "raspall" en la catedral de esta especialidad.

Hoy, tras la conquista de su noveno título individual, goza de un reconocimiento unánime, de aficionados y autoridades. Es consciente de que hoy juega un papel fundamental en la reivindicación del "raspall" como modalidad grande del juego de pelota. De hecho, la modalidad vive un gran momento con la aparición de nuevos valores surgidos de las canteras de los clubes y con una afición que responde a la variedad de carteles y a la sana competencia entre empresas.