El baloncesto se basa en su rol y en su dureza defensiva y si se carece de esa virtud y, sobre todo, de esa actitud, la derrota suele ser el saldo final. El Valencia Basket Club dio ayer casi todas las facilidades del mundo al Gescrap Bizkaia y, lógicamente, no dejó escapar una oportunidad tan formidable. La máxima desventaja para el desorientado grupo de Paco Olmos fue de 24 puntos y sólo la comprensible relajación del conjunto vasco en el cuarto final permitió salvar el desastre que se avecinaba con la imagen que se estaba dando en el inexpugnable -un partido más- Bilbao Arena.

Los once puntos finales evitan el mal mayor que hubiera sido una diferencia de canastas casi imposible de cara a desempate si llegara tal situación a la hora de definir la clasificación para la Copa del Rey en febrero en Barcelona. Un recorte que vino por las acciones individuales de De Colo -desaparecido hasta esa fase- y de un recuperado Caner-Medley que llevó el peso ofensivo de un equipo carente de dirección.

La respuesta a cómo iba a digerir el equipo naranja la ausencia de Tiago Splitter quedó despejada casi ipso facto. Con el joven Abia en el cinco titular -cumplió los minutos que estuvo- los jugadores del extécnico del Pamesa, Fotis Katsikaris, soltaron el primero sopapo con un 11-0 de parcial a unos dormidos rivales que parecían no saber que el calentamiento ya había terminado. Con tal margen, el Gescrap Bizkaia no hizo más que defender y atacar sin demasiado esfuerzo para cortar de raíz las escasas y tímidas aproximaciones de un Valencia que continuaba sin apretar en defensa -ni en individual ni en la zona que fue aplicando Olmos- ni acertar en ataque. Markovic no supo dirigir a sus compañeros, Rafa Martínez continúa dando notas de su irregularidad, Ogilvy poco podía hacer físicamente y Lishchuk no cogió un rebote en todo el partido. Además De Colo estuvo sobre el parquet en su línea individualista, perdiendo balones, cometiendo faltas absurdas y maquillando sus estadísticas jugando él solo el último cuarto anotando dos triples casi consecutivos. Un atisbo de reacción que llegó a colocar al equipo a 10 puntos de desventaja a menos de 2 minutos para el final, pero cortada con un triple de Mumbrú que aclaró cualquier duda de quien había sido el merecedor de la victoria y de la derrota, en esta caso, por primera vez, la segunda consecutiva del Valencia en la actual Liga Endesa ACB.

"No podemos jugar con esta blandura"

Como no podía ser de otra forma, el entrenador del Valencia Basket Club, Paco Olmos, mostró su enfado con la actitud de sus jugadores en el parquet del Bilbao Arena, aludiendo al nivel de su juego defensivo. "Sabíamos que iban a jugar con esa intensidad y no hemos sido rivales para poderles disputar el partido. Luego, nuestro fondo de armario es el que es y no hemos podido aguantar ese ritmo. Nos tenemos que jugar la vida como se la juegan nuestros rivales, no con esa blandura y permitir esos porcentajes".

Y también se refirió al inicio del primer y el tercer acto. "En ambos hemos permitido canastas muy fáciles y debajo del aro. A partir de ahí hemos ido a remolque. Nos hemos puesto a 8-9 puntos, pero ha sido una marea imposible".