La figura del portero, tan olvidada esta temporada en Orriols, centró ayer la atención de la estoica gente del Levante UD. Tras varios meses de continuos elogios al arrojo de sus defensas, al sentido común de sus centrocampistas, a la calidad de Barkero y a la efectividad de su delantero Koné, el portero Munúa mereció ayer el reconocimiento del Ciutat de València. Ya era hora de incluirlo entre sus héroes.En las tardes grises de fútbol, como la de ayer, puede ser determinante. Lo fue ayer. Los porteros también juegan y eso recordó ayer el meta uruguayo, principal responsable del punto sumado ante el Mallorca, el primer empate que ceden los "granotas" esta temporada en su estadio. Munúa, criticado otras tardes, salvó a su equipo de la derrota en la segunda parte, con cinco paradas magistrales, propias de un portero de tanto recorrido como el suyo. Por algo JIM lo ha elegido antes que a Keylor Navas, del que tan bien se habla en los corrillos. Es cierto que el Levante UD pudo ganar en la segunda parte, pero estuvo más cerca de la derrota. En términos matemáticos, no hay problema. Con cuatro bajas, el empate ha de interpretarse como un pasito más hacia la salvación.

La gente, en busca de las primeras emociones del año en Orriols, se llevó una gran desilusión en el primer tiempo. El Levante UD y el Mallorca firmaron una primera parte soporífera, nada beneficiosa para la imagen del fútbol como entretenimiento social. Una tabarra, sin el picante de otras tardes, lo que llenó la grada de bostezos y caras largas, acostumbrada como está la gente a grandes emociones esta temporada.

Nada, sin embargo, puede afectar ahora a la ilusión del levantinismo, consciente de que un puntito más, si son tres mucho mejor, mantendrán al equipo en lo alto de la clasificación. Una carrera de Koné, un zapatazo de Barkero, un acto de fe de Ballesteros, o vete tú a saber, pueden romper el partido más pesado. Orriols ya sabe que se su equipo también puede ganar jugando mal al fútbol.

Mucha de la atención se centró en la influencia de los cuatro cambios obligados de JIM: Pedro López, en el lateral derecho; Del Horno, de central, y El Zhar y Rubén en las bandas. La columna vertebral no se vio afectada. Al toque, pasito a pasito y con más enredos en la elaboración de lo habitual,el Levante UD se limitó a cumplir el guión. Caparrosizado como está el Mallorca, no era cuestión de cometer riesgos. Todos complacidos. El partido llegó al primer tiempo sin apenas noticias de Koné y sin ningún susto de relevancia en las áreas. Un auténtico rollo, al que Mallorca colaboró con un fútbol acartonado.

El partido dio un giro tras el descanso. Caparrós, que retiró al Chori Castro por Alfaro para ganar peso en el medio campo, debió pegar unos cuantos gritos en el vestuario. Sólo así se explica cómo volvieron sus futbolistas al césped. Nsúe y Pereira, todo músculo, despertaron a Munúa, que adquirió mucha atención en los siguientes minutos. Realizó tres paradas seguidas ante el ímpetu de los visitantes, que debieron pensar en que era una excelente ocasión para iniciar su remontada en la clasificación.

El Levante UD no se conformó con el empate. Si se lo había planteado, sus planes cambiaron rápidamente. Pasado el cuarto de hora, confirmó su acoso sobre la portería de Aouate, el viejo amigo de Munúa. Koné, con el pelo amarillo, apareció en escena. El árbitro le anuló un gol en fuera de juego, antes de que Xavi Torres enviara un misil muy cerca de la escuadra. Barkero apareció también en el balcón del área. Ahora sí, los dos equipos mostraron una clara voluntad por ganar el partido. Hamacarse con la pelota ya no conducía a nada.

Con otra velocidad, con más decisión, el Levante UD prendió la mecha una y otra vez, mientras el Mallorca aprovechó la mínima concesión para acosar a Munúa, de nuevo decisivo en dos paradas ante Víctor. JIM probó con Aranda y con Iborra en plena revolución del partido, pero la noche fue de Munúa. A sus 33 años, el uruguayo sigue con ganas de guerra.