Desde hace unas semanas, al más puro estilo hermanos Marx, el nombre del hotel podría ser Valencia CF. Todo son dimes, diretes, silencios administrativos y listillos a porrillo. La peli comienza con el anuncio de que los susurros del bankero se convertían en realidad. Pero como nadie explica ni cómo, ni por qué, ni en beneficio de quién ó de quienes; eso ha dado lugar a especulaciones de todo tipo. Esperemos que se solucione lo antes posible y que se den todas -repito, todas- las explicaciones. Soy de los que piensa que si una noticia es maravillosa, se amplía con todo lujo de detalles, con total transparencia y con celeridad. Igual ésta, o no es tan estupenda, o tiene más de un apartado de difícil comprensión.

Todos los medios coinciden en que además de ceder el suelo de Mestalla, el VCF regala el suelo de la ciudad deportiva de Paterna. Y yo me pregunto por qué. ¡Como para regalar, estamos! Aunque, ahora que caigo, quizás no sea una dádiva sino una exigencia de Bankia, a la que se cede sin ningún tipo de rubor. Señor Llorente, ¿conflicto de intereses resuelto a favor de quién?

Tampoco queda claro si la torre del terciario es también otro presente. Ni si la nueva ciudad deportiva estará en Porxinos ó en Náquera, aunque dados los cambalaches que se observan, no descarten la última opción, ya que esos terrenos son propiedad de las empresas que se quedan lo anterior (Bankia Habitat y Aedifica) y aquí el que no corre vuela. Y si así fuera, ¿Qué hacer con Porxinos? Sencillo, se obsequia de nuevo al espléndido comprador del suelo de Mestalla y a otra cosa mariposa. Todo eso y más, mucho más, debe ser explicado al detalle en junta extraordinaria de accionistas. Nos lo merecemos con creces.

A todo esto hay que sumar la aparición de presuntos compradores del club. A río revuelto, ganancia de pescadores. Carnaza para carroñeros. Esperemos que el auténtico dueño de las acciones no caiga en tamaño embozo. Que no vuelva a escoger mal, a quien debe ser el propietario del VCF. La Generalitat conoce la fórmula para que la Fundación pague su deuda sin tener que hacer efectivo el aval del IVF. Aplíquenla. Y si venden la entidad, no descarten que la mencionada fórmula se haga pública, para demostrar que sí había otra opción.

Además, en los últimos días nos merendamos con un comunicado del club, en el que se anunciaba que Javier Gómez dejaba de ser ejecutivo (cobrando un potosí) pero sin dejar de ser consejero. Señor Gómez: cuando se cobran esos asombrosos finiquitos, lo natural es irse a casa. Solo encuentro una razón para lo contrario, y es que sus compañeros de consejo le hayan exigido que usted también sea partícipe de la firma de toda la operación inmobiliaria porque esa es una responsabilidad que debe compartir usted con ellos. Pero como nadie cuenta nada, al final hasta yo mismo especulo.

Y para colmo, las relaciones de Nóos con el VCF. Y no pasa nada. Corramos un tupido velo. Total si hemos obviado lo de Valencia Experience, esto es miseria y compañía.

Y hoy lunes, consejo de Bankia. ¿Darán luz verde para aclarar toda esta trama? ¿Habrá allí algún consejero que haga las preguntas que, por dignidad valencianista, puede y debe hacer? No lo se. La verdad es que para eso hay que tenerlos como el caballo de Espartero. Ser un Juan sin miedo. Y no están los tiempos para la lírica.

En resumidas cuentas: el VCF va a transformar su deuda de corto a largo plazo y a contar con un nuevo estadio que no sabemos qué ingresos generará. Ese es el capítulo bonito del cuento. A cambio, donamos gran parte de nuestro patrimonio, ó todo (ya nos lo contarán), a quienes siempre han sido los auténticos beneficiados en todo este entramado. Ese capítulo es el fe0. El tiempo dirá si se actuó con diligencia y en beneficio del VCF. Ojalá que sea así, pero yo tengo serias dudas.

Mi carta a los reyes concluía así: ....y si puede ser, me gustaría que Manuel Llorente dejara de ser presidente del VCF, que su sustituto no sea Marianico el corto, que al costarricense lo manden a esparragar y que Bankia desaparezca de nuestro entornoÉ Sus Majestades me han dejado un elegante terno. Lo demás, no nos engañemos, no depende de los Magos.

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Socio y accionista del Valencia CF