Apenas alrededor de trescientos aficionados valencianistas, pese a la buena clasificación y la cercanía entre ambas localidades, se dieron cita en la grada visitante de El Madrigal. ¿El motivo? El elevado precio de las entradas para dicha zona, de 50 euros, objeto de protesta por la hinchada visitante, provocó un ambiente algo deslucido en la jaula, y la queja de los afectados.

Recibimiento al autobús

La afición amarilla quiso trasladar sus ánimos a los jugadores locales desde la primera oportunidad. Así, como suele ser habitual en las citas importantes, y respondiendo a la llamada de la agrupación de peñas, al menos un centenar de aficionados recibieron con vítores y cánticos a la plantilla.

Dos de Castelló

El vestuario del valencia cuenta con la presencia de dos jugadores de la provincia de Castelló. Uno, Pablo Hernández, arrancó el partido desde el banquillo, esperando su oportunidad, con el grueso de su familia presente en la zona noble de la tribuna. Otro, Àngel Dealbert, que no entró en la convocatoria pero sí se desplazó al estadio para ver en vivo el encuentro.

Volcados con Molina

Ausente Juan Carlos Garrido, centro de las críticas de la afición amarilla en los últimos tiempos, el Villarreal trató de recomponer y estrechar de nuevo lazos de arraigo con su hinchada. El hecho de vivir un partido de connotaciones especiales ayudó a que, de entrada, El Madrigal se volcase con los suyos y el nuevo entrenador, José Francisco Molina, anduvo arropado en su estreno.

Unai no quiso confianzas

El entrenador valencianista, Unai Emery, se esforzó por recordar a sus jugadores en la previa que la distancia real entre el nivel de los dos equipos no es la que marca la tabla clasificatoria. Para subrayar esa idea, para que nadie se confiara en exceso, incluso concentró anoche a la expedición valencianista, en un hotel de la localidad castellonense, donde varios aficionados valencianistas acudieron por la mañana para cazar autógrafos y fotografiarse con sus ídolos.

Un derbi para los reencuentros

El trasvase de jugadores del Valencia al Villarreal hizo que ayer se vivieran escenas de cariño en los prolegómenos del partido. Bruno y César fueron de los que se fundieron en un abrazo. Pablo también se paró a conversar con el exportero del Valencia.

Llorente y Roig, charla sobre el césped

Molina y Unai también intercambiaron opiniones antes del choque, así como Manuel Llorente y Fernando Roig, acompañados por sus consejeros.