Esta tarde en San Mamés confluyen dos rachas negativas del Levante. La primera corresponde a sus visitas oficiales. Al ser el Athletic uno de los tres equipos, junto a Madrid y Barça, que nunca bajó a Segunda, el Levante sólo ha tenido oportunidad de visitarlo en Primera. Lo hizo en dos ocasiones en los años sesenta empatando a cero en 1964 y a uno en 1965, con gol de Pons «El Cordobés». En el siglo XXI la cosa está siendo peor. De momento lleva cuatro derrotas en cuatro visitas. Una de ellas muy dolorosa, en la última jornada de la temporada 2006-07, cuando perdió por un dos a cero que salvó del descenso al Athletic. La derrota estuvo llena de sospechas derivadas de una lamentable conversación telefónica que salió a la luz entre el excapitán levantinista Iñaki Descarga y el expresidente Julio Romero. La segunda racha negativa comenzó tras el triunfo de esta temporada en Villarreal donde el equipo de Juan Ignacio Martínez ofreció una lección de fútbol magistral. Sin embargo debió tocar techo con esa exhibición pues desde entonces la imagen de equipo sólido y desenvuelto en los desplazamientos desapareció. En sus seis salidas posteriores, cuatro en Liga y dos en Copa, no ha podido ni siquiera empatar. Ha encajado derrota tras derrota y llega a San Mamés con credenciales de conjunto perdedor. Pero ambas rachas pueden cortarse hoy. El Levante no es inferior al Athletic de Bilbao. Debe saberlo y creer en sí mismo para plantarle cara con posibilidades de éxito. Emulando, por ejemplo, a un descarado Granada que lo batió en San Mamés esta temporada llevándose los puntos sin que se diera cuenta. Lo que no debe hacer el Levante es salir esta tarde pensando en los cuartos de final coperos. Su inmediata visita a Mestalla es comprometida pero la Liga está por encima de cualquier resultado de Copa. En la que si elimina al equipo xoto le tocará enfrentarse al Barça o al Madrid. Llegar a la final, eliminando a uno de estos dos equipos, se antoja más difícil que la posibilidad de un Custer victorioso en la batalla de Litlle Big Horn. Aunque no debe preocuparnos demasiado a los levantinistas. La Liga es lo importante y puntuar hoy en San Mamés es lo que más deseamos para el Levante. Jugando bien o menos bien, ¡qué más da!, pero rompiendo su racha de malos resultados como visitante. Después ya vendrá la Copa y tres partidos seguidos de Liga en el Ciutat de Valencia. Una atrayente experiencia que nunca hemos vivido como granotas. De conseguir en ella un triplete de victorias ligueras el equipo levantinista afianzaría su posición en las alturas de la tabla. Empezando a dar la razón al amigo periodista Paco Lloret que nos felicitó el año nuevo apostando firmemente por un Levante en Europa a final de temporada.