La pregunta que surge tras la nueva derrota del Valencia Basket, ayer ante el baloncesto Fuenlabrada, es si este equipo se merece o tiene el nivel suficiente para estar hoy por hoy entre los ocho mejores equipos de la competitiva Liga Endesa ACB y, por ende, disputar los cuartos de final de la Copa del Rey. Analizando el encuentro de ayer la respuesta es negativa. El equipo de Paco Olmos fracasó estrepitosamente cuando lo tenía todo a favor. Si ganan el domingo en Badalona ante el Joventut y la lógica de otros resultados se impone, viajarán a Barcelona, pero muchas, demasiadas, cosas deberán cambiar en este colectivo para tener garantías de éxito. Además de la pobre e importante imagen mostrada, otra de las consecuencias es el distanciamiento con una grada que pitó al equipo en determinadas fases del encuentro y en el minuto cuarenta. Una relación muy erosionada.

La afición naranja estaba preparada para disfrutar de su equipo, intentar ver que la reacción de Gran Canaria era un hecho. Y no se quedó defraudada en los primeros compases de un partido, que comenzó con el que ya es el equipo titular definido de Paco Olmos, el compuesto por De Colo, Rafa Martínez, Claver, Caner-Medley y Lishchuk. Un quinteto más poderoso físicamente que el del Baloncesto Fuenlabrada, con pívots «pequeños» en relación a sus pares. Una ventaja que apenas se reflejó en el marcador, sino todo lo contrario. El sufrimiento, sin ser el padecido ante el Blusens Monbus, empezaba a gestarse peligrosamente en el parquet.

A pesar del buen arranque, la intensidad defensiva fue diluyéndose y el ataque se enredaba sin criterio. Ni el enmascarado base francés ni luego su suplente San Miguel clarificaron nada. El tiro exterior no existía -0 de 7 triples en la primera parte- y se fallaban las opciones de tiros libres con seis errores. Mientras, el grupo de Fisac sí que acertaba desde la línea de tres puntos -8 de 17- con tiros muy fáciles, comandado por el pitado Saúl Blanco, que se presentaba por tercera vez en la Fonteta en la misma temporada. Con este panorama desolador, la desventaja empezó a crecer hasta quedarse en otro 30-40 en el descanso que obligaba a la remontada.

Y cuando toca ir contra corriente, sacar segundos al cronómetro, la ansiedad puede ser una de las consecuencias. Y el conjunto madrileño no dio tantas facilidades como el Obradoiro. Sabía a lo que jugaba, todo lo contrario que un Valencia nervioso y descentrado, que echa mucho de menos a un desconocido Rafa Martínez. Y claro, la grada se agota, no se divierte y acaba pitando, como cuando se fue el equipo al vestuario y cuando la desventaja se cifró en 39-56. La reacción no llegaba y Paco Olmos se desesperaba, sin saber qué equipo mantener en la cancha. Kuksiks o Faverani cobraban una importancia inaudita ante la escasa aportación de los teóricos titulares, excepto Lishchuk, que no pudo seguir por problemas musculares.

Caner-Medley (20 puntos) intentó salvar lo insalvable en el acto final, pero se quedó solo en la cancha. Sus compañeros no dieron la talla cuanto tocaba.

«Entiendo a la afición y le pido disculpas»

El entrenador del Valencia Basket. Paco Olmos, era la viva estampa de la decepción por la mediocre imagen exhibida por su equipo, incapaz de ganar a un teóricamente inferior Fuenlabrada. «Entiendo la decepción de la afición y le pido disculpas. Hemos tenido minutos donde no hemos llegado bien a los tiros abiertos y no hemos sido sólidos, Tenemos un problema de dureza mental y física, que no hemos sabido imponer al rival».

El técnico comentó que «un equipo con un cuarenta por ciento en triples y veintidós asistencias muestra que hemos tenido arreones, sin continuidad. Nos ha faltado un punto menos de ansiedad en los momentos importantes. El partido había que ganarlo atrás y adelante tratar de sacar ventaja. Hemos tenido un porcentaje de tiros libres y triples no acordes con lo que se nos debe exigir». Ahora todo pasa por recuperarse en una semana con doble compromiso. «Tengo muy claro que somos nosotros los que tenemos que revertir la situación para que lleguemos a la situación inversa».