«Cuando el Valencia adquiere un colchón sobre sus rivales, en lugar de buscar otro más grande, se echa a dormir hasta que el ruido del entorno lo vuelve a despertar». La cita es de Checheche, la web convertida en el azote irónico del valencianismo, pero retrata de forma brillante la viciada costumbre asumida por el conjunto blanquinegro en los últimos tiempos y rescatada en las dos últimas jornadas. Cuando el equipo se siente exigido, responde. Con juego, con entusiasmo e intensidad, capaz de poner contra las cuerdas al rival más curtido, como hizo contra el Real Madrid en Mestalla. Por contra, con el viento a favor, reprime su apetito y ve colmada su ambición en la misma proporción en la que a sus rivales directos les entran las dudas.

El Valencia ha dejado escapar en las dos últimas jornadas, muy propicias y contra rivales en horas bajas como Villarreal y Real Sociedad, la posibilidad de abrir distancia como tercer clasificado con el resto de perseguidores. Osasuna, Sevilla, Málaga y Espanyol, con un trote lento, no amenazan de momento ni el tercer ni tampoco el cuarto puesto, gobernado por el Levante, y la actitud, instintivamente, se ha relajado.

La distancia se mantiene, con un cómodo margen de tres partidos. Pero con el único punto conquistado de los últimos seis posibles, el Valencia ya no podrá alcanzar el objetivo anhelado por Unai Emery de alcanzar los 40 puntos. Habría sido la mejor primera vuelta de Unai Emery y habría situado al equipo en una órbita de puntos similar o incluso superior a la de los dos títulos de Liga con Rafa Benítez. Cabe recordar que en el título de 2004, el Valencia finalizó la primera vuelta con un total de 43 de los 77 puntos que alcanzó finalmente.

La regularidad de Emery

A falta de una jornada para llegar al ecuador de la temporada, el Valencia podrá llegar a lo sumo a los 37 puntos, si gana en el Reyno de Navarra a Osasuna. Los números continuarán siendo meridianamente fieles a los de las tres primeras vueltas precedentes de Emery, a pesar de los continuos cambios en la plantilla con la venta de los mejores jugadores. En la campaña 2008-2009, la de su estreno en el banquillo de Mestalla, sumó 34 puntos, 39 en la siguiente y 37 en el curso pasado. Los buenos números globales no evitan que la afición haya censurado la imagen puntual ofrecida en algunos partidos, como la derrota contra el Bayer Leverkusen, Chelsea, Betis o la del pasado sábado ante la Real Sociedad. Contra los donostiarras, Mestalla despidió a los jugadores con la primera pañolada del año. Precisamente, ese 0-1 fue la primera ocasión en la que el Valencia se quedó sin marcar, después de cuatro meses.