Se consumó el descalabro. A pesar de que prácticamente dependían de sus opciones —ganando al FIATC Joventut estaban en la Copa del Rey—, el Valencia BC desperdició una enorme ocasión —una más— y perdieron de manera triste ante un rival teóricamente inferior, pero que siempre dominó el partido con holgura desde el primer minuto. Incluso perdiendo de menos de once puntos hubieran alcanzado el objetivo, pero el Lagun Aro ganó al Murcia y se esfumó la posibilidad. Una derrota que elimina de los ocho elegidos al cuadro naranja, golpeando así de manera lacerante a una afición ya divorciada con su equipo —los pitos en la Fonteta tras el Fuenlabrada fueron notorios— y que la deja sin el premio de acudir a la gran fiesta del baloncesto español de cada temporada. Un mazazo que horas más tarde se cobraba la figura del entrenador, Paco Olmos, destituido por el consejo de administración cerca de las nueve de la noche.

Olmos —en su segunda etapa en Valencia— estaba en el ojo del huracán. La solución fácil pasaba por despedirle, como se hizo. Ahora toca contratar a un técnico de perfil alto —con la inversión crematística que supondría—, como el cambio de Pesic por Hussein el año pasado, contentar a la grada y continuar en pos de los dos objetivos que restan, la Eurocup y la Liga Endesa ACB.

Tras la actuación de ayer en Badalona y las pretéritas en Valladolid, la primera parte ante el Blusens Monbus y, sobre todo, el fiasco ante el Fuenlabrada, los jugadores tampoco han contribuido a la continuidad del ya extécnico. De Colo y Claver públicamente apoyaron a Olmos la semana pasada, pero en la cancha no le han ayudado, como tampoco los problemas físicos que arrastra la plantilla, que lastran cada jornada los entrenamientos y el juego en una calendario apretado por dos competiciones de alto nivel. El distanciamiento del cuerpo técnico y el médico es relevante por la lenta recuperación de los jugadores que han estado y están en el dique seco. Nadie sabe ni nadie comunica cuándo el base Markovic y el pívot Ogilvy — dos de los fichajes más importantes de un equipo inferior al pasado— podrán estar en condiciones. Dos bajas que se han dejado sentir en el tramo decisivo de la primera vuelta.

La dirección del equipo quedó ayer en manos del galo De Colo y de su mano llegaron las pérdidas de balón que dejaron francos los ataques verdinegros, que disfrutaban de las concesiones defensivas de un conjunto sin ritmo, desconcentrado en defensa, torpe en ataque y sin recursos. A pesar de que sabía de los rutilantes inicios del conjunto badalonés, el Valencia BC entró en el feudo olímpico dormido, sin tensión, y una vez más, la diferencia de puntos se engrosó de tal manera que la remontada fue imposible.

Lishchuk —que aguantó buena parte de la segunda mitad con cuatro faltas— el luchador Pietrus y Rafa Martínez, que por fin apareció tras el descanso, aferraron a su equipo a la opción de acercarse en el marcador o de, al menos, perder de menos de 11 puntos, previendo la victoria del Murcia al Lagun Aro, pero los vascos le dieron la vuelta al marcador y acabaron con el sueño naranja. Una situación que no debió darse si la eficacia hubiera sido otra muy diferente a la mostrada por unos jugadores que, en lugar de buscar el juego de equipo, decidieron la opción individual —engañosos los 22 puntos de Caner-Medley— en ataque y la complacencia defensiva que plasmaron en los primeros veinte minutos. Un fracaso colectivo de todo el club, que anoche optó por señalar a Olmos.

Segunda ausencia en quince ediciones

El Valencia BC se queda sin Copa por segunda vez en las últimas 15 ediciones. Desde que el club —el quinto presupuesto de la competición— se estrenó en este torneo en la edición de 1998 en Valladolid, en la que además se proclamó campeón, sólo había dejado de estar presente en ese cita en una ocasión, la que se celebró en Málaga en 2007. El técnico catalán Ricard Casas estaba al frente de la plantilla que inició esa campaña pero tras perder cuatro de sus cinco primeros partidos, el club le destituyó y contrató a Fotis Katsikaris, que tampoco pudo clasificar al equipo entre los ocho mejores. efe valencia