El Valencia utilizó la palabra "cree" para generar ilusión y enganchar al valencianismo al proyecto de la temporada 2011-12. El mensaje, respaldado en una amplia campaña promocional, caló entre la afición y, cinco meses después y satisfecho con el éxito inicial, el Valencia lo ha recuperado para convencer a la hinchada de que es posible ganar y eliminar al Barcelona en las semifinales de la Copa del Rey. Por qué no.

De momento, al menos ese es el mensaje que se traslada, la plantilla está convencida y ahora busca contagiar de su convicción a los aficionados porque el equipo necesita hacer de Mestalla una olla a presión. "Creemos y queremos ganar", lanzaba ayer Adil Rami, protagonista del anuncio con el que el Valencia trata de persuadir al valencianismo.

Un vídeo muy emotivo en el que el francés habla telefónicamente con su madre y le cuenta que mañana juega contra el Barça, un equipo al que el Valencia del Piojo, Angulo, Mendieta y Baraja ganaba sin piedad. "Me hablan de goles increíbles, me dicen que con solo nombrarle ya les hacíamos temblar. Me cuentan que hubo victorias que nos acercaron a la gloria. La verdad, no sé si creerles. Lo que sí se es que ahora quiero vivirlo yo", explica.

Rami, una vez superados los problemas que le impidieron jugar contra el Levante y el Racing de Santander, está "listo" para reaparecer ante el que considera "el mejor equipo del mundo" y "los mejores futbolistas del mundo". "Ya no me duele nada y me gustaría jugar este partido", deseaba. Ayer trabajó con normalidad y la sobrecarga "ya es historia", bromeaba.

El francés, que preveé "un partido mágico pero muy difícil", consideró al Barcelona "favorito" en la eliminatoria porque "son muy buenos en todo". "Ellos son favoritos, pero tenemos muchas cosas para cambiarlo. Ellos son los mejores del mundo, pero son dos partidos y creo que podemos lograrlo porque no tenemos miedo", reconocía. El central admitió que el Barcelona tiene bajas para el partido, pero recordó que el Valencia "tampoco tiene a todos los jugadores disponibles". "Ellos son un equipo que puede tener jugadores lesionados pero en su banquillo no hay que olvidar que también tienen a campeones del mundo", incidía.

"Podemos ganar y lo vamos a intentar con todas nuestras fuerzas. Los dos equipos llegamos tras un empate y metidos en una pequeña crisis, pero cuando hay un título en juego todo es diferente", explicaba en un perfecto castellano. Y es que el francés recibe dos veces por semana clases de español.