Para un granota es una alegría reunirse a comer con otros granotas. Lo volvimos a constatar el miércoles pasado cuando estuvimos en el restaurante la Tierruca zampándonos un sublime cocido montañés junto a nueve compañeros militantes en la fe levantinista. Organizó el festín Miguel Aparicio, el mayor conocedor de la vida y milagros de los colegiados españoles, y al que solemos consultar sobre los que van a arbitrar al Levante. Del que lo hará esta tarde en el Ciutat de Valencia, Delgado Ferreiro, nos ha dicho que nunca nos dio nada pero sí nos quitó dos puntos la pasada temporada en el Molinón concediendo el gol del empate del Sporting logrado en falta sobre Nano.

El resto de comensales fueron Severiano Sendín, buena gente del deporte donde la haya que nos regaló históricos boletines de partidos de finales de los setenta; José Luis Pérez Sala, convertido al levantinismo y sabio predicador de la doctrina granota en la radio; José Vicente Peiró, persona muy culta y escritor de uno de los libros del Centenario; José Esteve "Pepet", veterano seguidor de larga historia futbolera; Ramón Vilar, consejero del Levante UD de tremenda personalidad; Juan Muñoz, notabilísimo exjugador, exentrenador y extécnico levantinista, Miguel Angel Marín, activo embajador granota en Castellar -"tierra xotante y hostil" (Miguel Aparicio dixit)- y Alfonso Nebot, entrenador que ascendió al Levante a Segunda B en 1987.

Al comenzar la comida cruzamos conversaciones, como suele pasar, y los temores afloraban en ellas. Que si las lesiones nos perseguían, que si estábamos cediendo demasiados puntos en casa, que si algún refuerzo parecía haber llegado bajo de forma, que si el Levante sólo había marcado un gol, y de penalti, en los últimos cuatro partidos de liga. Total, que veíamos el vaso medio vacío salvo algún comensal como Ramón Vilar que afirmó "las malas rachas están para romperlas y las vamos a romper".

Pero luego, con los animosos influjos del exquisito cocido montañés y los buenos caldos, variaron nuestras opiniones. El vaso de la confianza en el futuro inmediato del Levante se fue llenando. Creímos en sus posibilidades y acabamos estando seguros de ver pronto al equipo granota con la casta que inició la temporada. En la pasada jornada, ante el Getafe, ya la atisbamos cuando Ballesteros le echó agallas y protagonizó una arrancada de indomable carácter indicando a sus compañeros el camino a seguir.

En lo que estuvimos los diez totalmente de acuerdo es en la importancia del partido de esta tarde. El Levante, para serenar inquietudes y no aflorar más dudas sobre su futuro en esta liga, solo tiene dos opciones: Ganar o ganar al Racing. A un equipo que ha salido derrotado tres veces en el siglo XXI de las cuatro que ha venido como visitante al Ciutat de Valencia. La serie de triunfos se inició con un encuentro que quedó anotado en la historia dorada del Levante al ser el primero en casa tras el retorno levantinista a Primer. Se jugó el 13 de septiembre de 2004 y el resultado fue de tres a uno. Ettien ofreció una espléndida actuación y consiguió el tercer gol. Lo recordamos todos tomando café antes de despedirnos y de brindar por una nueva victoria.