Habrá que asimilar la decepción y mirar al frente. El domingo, y abrigado por Mestalla, el Valencia está obligado a demostrar su capacidad de reacción ante el Sporting de Gijón. La Copa del Rey ya es historia y el Valencia será solo espectador de la final. No será partícipe como deseaba. La próxima temporada ganar la Copa volverá a ser un objetivo. Un ilusionante propósito que ahora se traslada a la Liga Europa donde el próximo jueves, y ante el Stoke City ingles, arranca la andadura. Pero el desencanto de anoche es fácil de digerir porque el rival era el mejor equipo del mundo y eso siempre minimiza el dolor. Un equipo que rentabiliza al máximo el factor campo. Y es que esta temporada ha disputado dieciocho partidos como local y aún no conoce la derrota. Barça y Athletic de Bilbao reeditaran la final de 2009 en la que el Barça se proclamó campeón en Mestalla.

El camino que se inició con el Cádiz, siguió con el Sevilla y continuó con el Levante finalizó anoche con el Barcelona. En un mal partido. Y con esa sensación se marchó el equipo del Camp Nou.¡Vaya chasco! Una frustración que Emery no pudo disimular cuando se sentó en la sala de prensa y trató de analizar lo ocurrido. Los ojos vidriosos desvelaban el pesar de un técnico que, con la voz quebrada y respuestas desafiantes, intentaba justificar lo ocurrido. «Estoy contento del trabajo del equipo en la Copa, pero el Barcelona es el mejor equipo del mundo», afirmaba.

Emery, que arrastra el lastre de no haber podido ganar nunca al Barça —al que se ha enfrentado en ocho veces—, apuntó a la «suerte» como uno de los factores decisivos del encuentro. «Es cierto que hemos cometido muchos errores y hemos tenido poca claridad defensiva, pero la clave ha estado en que no hemos sabido concretar las ocasiones que hemos creado», lamentaba. «Tenemos que darle valor a la eliminatoria, para ganarles tienes que hacer las cosas casi perfectas, y en ese sentido nos ha faltado acierto. El equipo ha dado la cara y ha competido hasta el minuto setenta y cinco», ensalzaba. «Tenemos la desgracia de hacer buenos partidos, pero no conseguimos ganarles simple y llanamente por su potencial» sostenía, tras rechazar que la baja de Soldado hubiera afectado al equipo. «No creemos en la dependencia en un jugador. Tenemos una plantilla amplia y no ha jugado Soldado pero ha jugado otro jugador», justificaba.

Ahora es la Liga Europa la competición que «ilusiona» al Valencia y en la que el equipo se va a volcar. «Somos un equipo comprometido y ahora trataremos de llegar lejos en Europa. Sabíamos de la dificultad de enfrentarnos al mejor equipo del mundo y su efectividad ha sido mayor que la nuestra», lamentaba.

Emery, molesto por el tono de las preguntas recibidas, aprovechó para puntualizar que él «nunca» había atacado a Guardiola —cuando se refirió el martes a las críticas recibidas desde el Barça por el estado del césped— por el que declaró sentir «una gran admiración» porque «le ha dado la excelencia al Barcelona» . «Yo con él no he tenido ninguna rencilla, pero no habéis querido saber a quién me refería», dijo. Y se refería al preparador físico azulgrana que, hace una semana y en el túnel de vestuarios de Mestalla, se encaró con él por no haber regado el césped.

Guardiola, que no quiso ahondar más en el tema, elogió el buen trabajo del Valencia en el inicio del partido, pero reconoció la «superioridad» de su equipo y agradeció a sus jugadores «el enorme desgaste» y la «generosidad» de unos jugadores que «han competido como nunca». «Me molesta que se cuestione a unos futbolistas que siempre compiten y dan la cara», se rebeló.