Suena raro, pero Fernando Alonso apenas conoce el circuito del Jarama. Le llevó Santander a San Sebastián de los Reyes junto a un grupo de invitados del banco. El patrocinador es feliz en Ferrari, recién renovado su contrato hasta 2017 y el piloto se llena de orgullo cuando escucha desde la jefatura todo lo que aporta a una entidad que se ha metido de lleno en la Fórmula 1.

Alonso es lo que el presidente Emilio Botín ha calificado como "la mejor inversión en marketing en 150 años de historia". La presencia del Santander en Ferrari es conocida, igual que su bautismo a las carreras de España, Inglaterra, Italia y Alemania y el deseo de dar nombre a la de Brasil. Tienen también a los pilotos de McLaren, Hamilton y Button, para dejar huella en Inglaterra, acaban de asociarse con el joven y mediático Bruno Senna para no perder el sello brasileño y a Marc Gené le reservan un papel relevante para la promoción del banco en Alemania. Las ayudas al karting nacional y los programas con la Federación Española completan el abanico de una apuesta más que seria.

Ayer, en la mañana primaveral del Jarama, Ferrari lució su modelo estrella, el 458 Italia, con su piloto estrella, Fernando Alonso. Sin tensión, pero exprimiendo el deportivo rojo en cada curva, el asturiano pasó la mañana.

Después, echó balones fuera y se mantuvo en la línea oficialista de la escudería en una pretemporada que se les está quedando algo corta. "No puedo sacar ninguna conclusión. Cero, supercero" dijo el piloto, que no se cansa de emplazar a Australia para el primer diagnóstico. "Ahora todo son suposiciones. No creo que Red Bull vaya a estar hundido. Serán buenos, pero también supongo que no habrá tanta distancia como el año pasado y que McLaren, Mercedes y nosotros habremos acortado algo de distancia, pero prefiero esperar a Australia porque esto es hablar por hablar. ¿Por qué este Ferrari no va a ser rápido?", se preguntó Alonso Ferrari, que a finales de esta semana vuelve a entrenarse en Montmeló.