Ha llegado el gran día. El Valencia no sólo va a disputar un partido de fútbol en Jakarta ante la débil selección de Indonesia, actualmente asentada en el puesto 153 del ránking FIFA (16:30 hora española, retransmitido por GolT, y en diferido a las 19:30 por Marca TV), detrás existe un trasfondo que incluso la plantilla blanquinegra desconoce, como es el de intentar reunir a todos los indonesios bajo una misma bandera. No existe un movimiento separatista, ni una de sus islas reclama su independencia, pero desde 2010 se han vivido dos realidades futbolísticas paralelas que han estado cerca de acabar con un deporte que empieza a ir ganando adeptos pero sigue atrás del bádminton. Hoy el Valencia se va a convertir en una especie de Embajador de la Paz y el partido se ha enfocado con la idea de ser un reclamo más para la unión, como ha dicho su capitán.

Un conflicto interno en la Federación de Fútbol entre dos personas, Nurdin Halid y Arifin Panigoro, acabó desembocando en dos competiciones paralelas y dos selecciones de Indonesia, aunque sólo una ha sido reconocida por la FIFA, que en el mes de abril envió una carta instando a que solucionaran las diferencias de forma inminente. No se podía tolerar, pero aún no se ha conseguido que un futbolista de la Premier League pueda actuar en una selección con otro compañero que milite en la Super League, torneo creado en la temporada 2010/11 con el objetivo de hacer más accesible económicamente el día a día de los clubes, aunque la realidad acabó enterrando a los pocos meses a varios equipos fundados para la ocasión. La Federación sólo admite la Premier League-competición semiprofesional hasta el ejercicio 2007/08, cuando se quiso potenciar económicamente tras recibir una cantidad importante de dinero por parte de la tabacalera Djarum. Pero la profesionalización no se completó, a Halid -presidente de la Federación- se le tachó de corrupto y cuando la FIFA exigió estabilidad convocó elecciones donde fue derrocado. Pocos meses después era condenado a prisión por otros asuntos ajenos al fútbol, aunque era un indicativo. Y desde diciembre de 2011, ya con un presidente interino, la FIFA sólo admite como competición oficial la Premier League, por lo que a la selección sólo podían ir jugadores de los clubes que jugaban en ella y no en la Super League, aunque hasta esa fecha, eran éstos los principales protagonistas al tratarse de un torneo con mayor potencial económico. Actualmente siguen jugando e incluso hay clubes que se duplicaron para actuar en las dos competiciones y así nutrir a la selección de esos futbolistas, volviendo locas a sus aficiones que actualmente están enfrentadas. Esta división interna no cicatriza, pero cada vez son menos los futbolistas partidarios de mantener estas dos realidades futbolísticas y Nil Maizar sigue llamando únicamente a jugadores de la Premier League.

Al Valencia ese problema le resulta ajeno y no ha sido fácil encontrar documentación para preparar el partido. Enfrente van a tener a un rival que combina jugadores jóvenes con otros de mayor experiencia, alguno de ellos destaca por la velocidad, pero va a ser un grupo que no le ponga intensidad al partido. El Inter ganó 2-4 el pasado mes de mayo y el VCF es superior y a pesar de que en el último partido oficial empataron a dos con Filipinas, sigue reciente el 10-0 de Bahréin encajado en febrero. Pero más allá del resultado, lo más importante es poner su granito de arena para acabar con la división interna del fútbol que hay y seguir definiendo el equipo, tanto en lo táctico, como en cuanto a jugadores. Paco Alcácer, con la ausencia de Soldado, va a ser el delantero titular y está plenamente convencido de que aprovechará la oportunidad. Aún no se ha tomado una decisión sobre su futuro, él quiere quedarse y más allá de estar trabajando bien, espera su primer gol en la pretemporada.

Y el "Flaco" también quiere ver otros planes, como la opción en el doble pivote formado por Tino Costa y Gago, que aún no han coincidido, o colocar a Guardado como lateral izquierdo, zona que ha ocupado en todos los entrenamientos en Jakarta. El partido, además, será visto por varias decenas de millones de espectadores, la RCTI tiene una audiencia potencial de 40 millones, eso sí, los cálculos de asistencia son más dispares; la organización espera 60.000 espectadores pero sólo se han vendido 25.000, al Inter de Milán le vieron 30.000 y en el último partido oficial jugado en Jakarta sólo fueron 6.000 espectadores en el Indonesia 1 - Irán 4. La afición está divida, pero el VCF confía en corresponder las expectativas creadas y ayudar a unificar su fútbol.