La mala suerte se está cebando con Héctor Barberá este verano. El piloto de Dos Aguas, que reaparecía en Indianápolis tras lesionarse justo antes del parón, voló ayer hacia Barcelona después de que una aparatosa caída le dejara sin opciones de correr este Gran Premio. Y está previsto que sobre las 13 horas de hoy llegue a Valencia para después hacerse pruebas en el Hospital 9 d'Octubre. Visiblemente frustrado, Barberá colgaba en la madrugada del viernes al sábado mensajes como este en su cuenta de twitter: "Cinco de la mañana....rabiando del dolor... Bueno ya forma parte de mi. Estoy acostumbrado. Pastillas a intentar dormir. Buenos días". Dolor, mezclado con rabia y cierta dosis de resignación. No le queda de otra más que echarle valor y ganas y esperar a que la pequeña fractura en la sexta vértebra que le diagnosticaron tras la resonancia de ayer no sea más que eso y no tenga que volver a pasar por el quirófano.

Fuentes cercanas al piloto aseguraban ayer a este periódico que la caída fue fruto "de la mala suerte" y recordaban que ya tenía el alta médica. Es más, matizaban que "antes de cada entrenamiento todos pasan una revisión médica por parte de Dorna, y ellos certificaron que estaba en condiciones de correr".

"Amo mi moto, amo mi deporte. No veo la hora de volver a montar sobre ella... Pilotar es lo que me mantiene vivo y por lo que vivo". Esa otra frase colgada por Barberá en internet demuestra que no se va a rendir y que ya piensa en el momento de regresar a las pistas.

El valenciano no se olvida de toda la gente que ha estado y está a su lado de una u otra forma: "Me emociono en un momento difícil como este, al leer toda la gente que está ahí detrás apoyando y disfrutado de este deporte. Gracias de corazón". Agradecimientos en los que tenía un papel destacado su hermana y su cuñado que volaron hasta Indianápolis para acompañarle en el vuelo de regreso.

Muchas caídas más

Si el viernes fue Barberá el que volaba y se iba por los suelos, ayer la desgracia le llegaba, en la misma curva, a otro valenciano, concretamente a Héctor Faubel. El de Lliria se caía al poco tiempo de empezar la Q3 y era llevado de inmediato a la enfermería y de ahí al hospital de Indianápolis, mientras se quejaba de dolores en el pecho y en la zona abdominal. Todo parecía indicar que no sufría una lesión grave, pero lo trasladaron al hospital para realizarle un TAC. La suya no fue la única, hasta seis pilotos más se cayeron en Moto 3.

En Moto GP otros tres pilotos se iban por el suelo y lo hacían también de una forma alarmante. Así, Stoner, Dovizioso y Hayden obligaron a sacar la bandera roja.