La temporada más esperada de los 103 años de historia del Levante UD arrancó en el Ciutat de Valencia y lo hizo con un Levante renovado, pero fiel a lo que hemos visto en las últimas temporadas. Entrega y apoyos atrás, concentración en el centro del campo y rapidez en ataque. No obstante, el equipo, que se avanzó pronto, no pudo ganar ante un buen Atlético de Madrid.

La lesión de Pedro Ríos daba la titularidad a El Zhar. El marroquí, que ha estado todo el mes cumpliendo con el Ramadan que acaba ayer, pudo alimentarse antes del partido, pues este empezaba ya en noche cerrada, y vaya si lo notó. Primera ocasión y primer gol del partido al aprovechar un saque de córner y poner el balón lejos del alcance de Courtois. La histórica temporada empezaba con buena pinta. Las tres caras nuevas respecto al año pasado que alineó Juan Ignacio Martínez parecían bien integradas en este engranaje azulgrana. Diop, en el centro del campo, aguantaba a la medular blanquiroja junto con Iborra. Nikos, en la izquierda, estaba muy atento a las internadas de Silvio y Ángel, en punta, mostraba mucha movilidad fuera y dentro del área, aunque, eso sí, su falta de ocasiones hizo que fuera el primero en irse del campo por el griego Gekas.

El equipo daba buenas sensaciones, pero este segundo proyecto de Simeone no estaba dispuesto a iniciar con derrota la temporada en la que defiende el título de la Liga Europa y en la que pretende meterse en la Liga de Campeones, y se volcó a por el empate. Tanto que, en el minuto 21 el turco Arda Turán, el auténtico cerebro de este equipo, recogía un balón en la frontal y se inventaba un trallazo ante el que nada podía hacer Munúa. Este recurso de los tiros lejanos fue muy utilizado por el Atlético, conscientes de que en estos primeros partidos siempre hay desajustes y despistes en los posibles rechaces.

Pese a todo, la verdad es que los puntas del Atlético ya llevan tres años seguidos topándose con un muro con nombre y apellidos. Sergio Ballesteros, una temporada más, va a ser el líder de este equipo y ayer empezó a ejercer como tal dirigiendo a sus compañeros, adelantándose a los rivales y por qué no decirlo, desconcertándoles en la medida de lo posible con su gran personalidad.

Falcao, que la temporada pasada tan solo jugó 10 minutos pues había estado con gripe, sí fue ayer de la partida y su equipo lo notó, para bien de ellos y mal, obviamente, del Levante.

Pero si los madrileños tienen sus ídolos, el levantinismo no se queda atrás. Juanlu, al que tanto se echó en falta en la pasada segunda vuelta, está en forma y sus internadas provocaban ovaciones y gritos de su nombre. Otro de los más queridos, Iborra, hizo temblar, literalmente, el larguero con un cañonazo desde más de 30 metros que levantó a la gradería azulgrana de sus asientos.

Los de Simeone, fieles a lo que se habían propuesto, arrancaron la segunda mitad con un disparo lejano de Tiago. Como en el inicio, el Levante empezaba con la posesión pero sin generar sensación de inquietud. Pronto los colchoneros recuperaron la iniciativa en el juego ante un equipo local que, con paciencia, esperaba su opción a la contra y que parecía más cómodo a medida que pasaban los minutos. Y hasta Barkero se atrevía a probar a rematar con la espuela, toda una frivolidad.

Para que no faltara de nada, la polémica llegó en un encontronazo entre Munúa y Arda en el área que los visitantes interpretaron como penalti pero que la grada local silbó entendiendo que el turco estaba haciendo teatro. Al igual que pasó con otra situación similar, ahora con Godín.