Pablo Hernández se mantiene firme en su decisión de querer abandonar el Valencia y enrolarse en el Swansea. Eso sí, empieza a asumir que la salida no va a ser fácil y que su decisión, si no cristaliza el traspaso, le puede convertir en la diana de la afición. Así, tras reunirse con el presidente, el director deportivo y el entrenador, la decisión del castellonense es la misma. Ayer, el jugador pidió a sus agentes que negocien con el equipo gales para que éste suba la oferta -ha ofertado cinco millones de euros-, aunque eso implique una rebaja en la ficha que percibirá en los tres próximos años, porque cree que así el club será más flexible y le dejará salir. Porque Pablo entiende que, al final, el Valencia decidirá qué hacer según la oferta. Sin embargo, el club se mantiene firme en su decisión de no dejarlo marchar. ¿Una pose? Pellegrino confia en el jugador y considera que, con su marcha, el equipo se debilita; el director deportivo que, no es fácil, suplir la baja, y el presidente lo considera "un jugador importante". A través de twitter, y en un mensaje poco claro, ayer el jugador afirmaba: "No keria decir nada al respecto de todo lo q esta pasando...solo kiero decir q hay cosas q se ponen en mi boca que jamas he dicho". Y es que, el jugador podría quedarse hoy fuera de la convocatoria que Pellegrino ofrezca y, de no prosperar el traspaso, su imagen quedaría dañada.

El circulo cercano al jugador no descarta que éste endurezca su postura y, la próxima semana, justifique públicamente su decisión de abandonar el Valencia y probar suerte en la Premier. La decisión está tomada.