El levantinismo entró ayer en una nueva dimensión, física y espiritual. El colectivo "granota" accedió por la puerta grande a Europa, palabras mayores para un club que hace sólo cuatro años evitaba el descenso a los infiernos y la extinción de su patrimonio. Ahora se codeará con gran parte de la aristocracia europea en la fase de grupos de lo que antes se conocía como Copa de la UEFA. Su nombre estará hoy en el bombo de la Liga Europa, donde le esperan rivales de todos los pelajes. En tres semanas inaugurará su nueva condición, una experiencia que se alargará durante todo el invierno. Si supera o no la liguilla es una cuestión que no preocupa ahora a su parroquia. El premio está conseguido. Es el momento de frotarse las manos y disfrutar con esta maravillosa aventura.

Con la tranquilidad del 0-2 sumado en el romántico estadio de Fir Park, el Levante UD solventó anoche su compromiso con el Motherwell escocés con las manos en los bolsillos. No hubo de sufrir ningún sofoco ante un rival de menor envergadura, más llamativo por el color chillón de su uniforme y las faldas de sus aficionados que por su juego. El conjunto escocés fue incapaz de abrirse camino ante una de las defensas más sólidas de la pasada liga española. En Escocia, como en cualquier lugar del mundo, siguen al detalle el campeonato español y sabían que el sexto clasificado era un hueso. Aunque suene a chiste, el primer rival europeo en la historia del Levante UD estuvo a mucha distancia. La suficiente para profanar su estadio y dejar allí la eliminatoria prácticamente cerrada.

El grupo de JIM no se complicó la vida en la vuelta. Salió a medio gas, sin arriesgar en defensa ni poner en peligro el físico de sus futbolistas. La exigente temporada que se presenta obliga a jugar con la cabeza y a administrar correctamente las fuerzas. La ventaja cobrada en la ida resultó, por tanto, una bendición.

El Motherwell sólo ofreció dos sustos a las gradas de Orriols en la primera parte: Un gol anulado, por claro fuera de juego, a Higdon, un "9" pura raza escocés, y un par de incursiones en el área del extremo zurdo Murphy, su futbolista más habilidoso. El resto fue una lucha estéri del Moterwell por ganar metros en linea recta y por arriba. Un recurso válido, por supuesto, pero raramente eficaz. El juego rundimentario de los escoceses resultó balsámico para el Levante UD, a años luz en lo a que elaboración del fútbol se refiere.

A fútbol de verdad, a ocasiones, el Levante UD se mostró mucho más fuerte. Cuenta con más recursos ofensivos. En las bandas expresó su mayor poderío, donde Juanlu y El Zhar marearon a sus marcadores con un fútbol más latino: recortes, amagos y apoyo más práctico con sus compañeros. Los dos protagonizaron las mejores ocasiones del primer tiempo, con lanzamientos muy próximos a los postes. Diop tomó el mando unos metros más atrás.

Tras el descanso, el Motherwell buscó más profundidad desde el banquillo. El intentó fue en vano. Mandó el Levante UD y Juanlu prendió la mecha del gol que daba por cerrada la aventura escocesa. Al remate acudió Gekas, tan rápido, potente que recuerda al perfil del mítico Paco Salillas. Toda la fiesta sobre un césped inmaculado.