La Fundación del Levante UD y el club "granota" trabajan en la búsqueda de fórmulas para hacer frente, a partir de diciembre de 2013, al pago de 5,6 millones de euros, a razón de 1,4 durante cuatro años. Ese es el importe del crédito con el que la Fundación adquirió el Levante UD en propiedad en 2009. En concreto, con el 74 por ciento de las acciones de la entidad, el paquete que había estado en manos del empresario Pedro Villarroel desde que la entidad se convirtió en Sociedad Anónima Deportiva (SAD), en 1994, con José Luis López en la presidencia. En contra de la situación del Valencia, la Fundación Cent Anys ha pagado religiosamente los intereses del crédito y así tiene previsto hacerlo el próximo mes de diciembre, fecha del último plazo. Serán los últimos 180.000 euros de pago antes de afrontar la amortización del préstamo, el próximo año.

El patronato lleva tiempo estudiando la forma de poder hacer frente a lo que se le vendrá encima. No quiere que le pille el toro. La Fundación se planteó ya en 2010 la financiación del crédito con la venta de acciones, la misma vía que ha intentado sin éxito el Valencia. Hasta llegó a encargar un estudio sobre la demanda real de títulos por parte de los aficionados "granotas", a pie de grada. La consulta arrojó conclusiones negativas, en una coyuntura económica que no ayuda. Incluso dos reconocidos patronos sondearon por teléfono la posibilidad de ofrecer grandes paquetes de acciones a potentados levantinistas. No tuvo respaldo.

El patronato adquirió más de 97.000 títulos en 2009 a un valor nominal de 60,10 euros. En total, pagó 5,6 millones que recibió mediante un crédito concedido por Caixa Penedés. Al igual que en los préstamos concedidos a las fundaciones del Valencia y al Hércules, cuyos intereses no se han podido afrontar, fue avalado por la Generalitat Valenciana a través del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF). Al contrario que Valencia y Hércules, el Levante UD cerró desde el principio la forma de pagar sus intereses. Sería a través del dinero que produce la escuela de fútbol base de Buñol, a cambio de gestionar la estructura de los equipos inferiores. Una fórmula que ofrece un potencial mucho mayor a largo plazo.

En principio, la Fundación del Levante UD tenía previsto hacer frente a la amortización del préstamo con la venta del estadio Ciutat de València, cuya reclasificación le permitió entonces obtener el crédito de Caixa Penedés. "Antes tenemos que sacar al enfermo de la UVI y llevarlo a planta", aseguró entonces el presidente, Quico Catalán, en referencia a la incertidumbre sobre el futuro cambio de emplazamiento del campo. Se hablaba entonces de un período de cinco años, que se cumplirá en 2015, para afrontar semejante aventura. Hoy es una posibilidad muy remota, al menos a corto plazo.

La otra posibilidad, más cómoda para el Levante UD y su fundación, es la refinanciación del préstamo con el banco. Pero no corren buenos tiempos para este tipo de negociaciones. Caixa Penedés pertenece ahora al BNM, que a su vez estudia una fusión con el Banco Popular. En cualquier caso, es una opción que está sobre la mesa, y que supondría un alivio para el patronato de Orriols.

Mantenerse en la Liga BBVA es, todo caso, un factor fundamental para que el Levante UD pueda afrontar con garantías sus obligaciones financieras. Los ingresos, casi el triple de los obtenidos en caso de competir en la Liga Adelante, le permiten ajustar sus presupuestos con mayor flexibilidad. Jugar en Primera y disputar la Liga Europa, además, tiene un efecto dominó. Hay más posibilidades de generar más dinero por la venta de futbolistas. El problema, como en el caso del Valencia, es que el club y la Fundación son, a efectos legales, dos activos diferentes.