­El plan Bankia, del que dependía el futuro del Valencia CF, saltó ayer por los aires, nueve meses después de ser anunciado por Manuel Llorente como la vía de salvación para la entidad. Bankia comunicó al presidente del club que el protocolo de intenciones firmado con Newcoval, sociedad participada al 50% por Bankia Habitat y la inmobiliaria Aedifica, no se ejecutará. La operación, cuyo final frustrado se intuía casi desde sus orígenes, permitía a Newcoval quedarse con todos los activos inmobiliarios del club y saldar la deuda bancaria de 250 millones de euros con Bankia y Banco de Valencia.

No habrá un nuevo crédito, con condiciones que se prometían muy ventajosas, para acometer la reanudación del estadio de Mestalla. Las obras, paralizadas desde 2009, no se retomarán tampoco en octubre como venía anunciando Llorente pese a la delicada situación de Bankia, nacionalizada y, debido al rescate pedido por el Gobierno al Eurogrupo para sanear el sistema financiero, vigilada muy de cerca por Bruselas, el FMI y el BCE. El pasado mes de junio Levante-EMV ya publicó que la crisis de Bankia dejaba en el aire el proyecto del nuevo Mestalla, pese a la insistencia de Llorente en que todo seguía por el camino trazado.

Fuentes de la entidad bancaria argumentan para dar por finalizado el acuerdo el incumplimiento, por parte de Aedifica, «de varios hitos a los que estaba sujeto el protocolo». Algo que según Bankia puede tener consecuencias negativas, porque impide que los costes asociados «se vean». En concreto se refiere a las instrumentos urbanísticos para la recalificación de los terrenos de la Ciudad Deportiva de Paterna y el viejo Mestalla. «No se puede seguir a ciegas», o «hay cosas que impiden que se crea en la realidad económica de la operación» fueron algunas de las expresiones utilizadas desde Bankia para explicar el porqué de algo que se vislumbraba utópico con la marcha de Rodrigo Rato y la entrada de nuevos gestores „ no políticos, sino económicos„. La entidad financiera ya no veía la oportunidad de la operación. A Bankia, si algo le sobra, es suelo y ladrillo, que fueron la losa que acabó conduciéndola a su actual situación.

Por el pacto firmado en su día Newcoval se quedaba con el actual Mestalla „ valorado en 225.653.000 millones„, la Ciudad Deportiva de Paterna „ 33.200.000„, y una parcela junto al futuro estadio, cuya edificabilidad quedaba tasada en 46.200.000. Como contrapartida Newcoval zanjaba las deudas del club con Bankia (200 millones) y Banco de Valencia (25.653.000), edificaba una nueva ciudad deportiva en Ribarrroja (34.918.ooo), saldaba la deuda con la UTE del Nuevo Mestalla (29.714.795) y otros acreedores (1.247.000) e inyectaba al Valencia, vía crediticia, los cerca de 180 millones necesarios para acabar el coliseo de la Avenida Corts Valencianes.

Según fuentes del Valencia, se han cumplido todas las condiciones exigidas en su día en el protocolo de intenciones acordado con Newcoval. En julio, el Consell, gracias a un Plan de Actuación Territorial Estratégica agilizaba todos los procedimientos burocráticos y concedía 26.000 metros más de uso terciario. Y en agosto vendría la recalificación de los terrenos de la Ciudad Deportiva de Paterna „ unos 166.000 metros cuadrados„ por el Ayuntamiento de Paterna. «Hemos cumplido con todo», se insiste desde la entidad deportiva, algo que confirma Bankia.

Llorente, que nunca ha llegado a exponer de forma oficial los pormenores del acuerdo, tampoco lo hizo ayer. Siempre que se le preguntaba contestaba lo mismo, que había «un protocolo de intenciones firmado» y que nada le hacía pensar que no fuera a cumplirse pese al goteo de noticias sobre Bankia. Por si acaso, trató de concitar el mayor consenso político y social. Primero fueron reuniones con todas las formaciones políticas, desde el Partido Socialista hasta Compromís. Acto seguido llevaría a José Granell, consejero delegado de Newcoval, a la Fundación para tratar de disipar los recelos que la operación despertaba. Después llegaría el turno a los prohombres del valencianismo, que durante varios días desfilarían por la sede del club para ser informados de cómo andaban las gestiones. Todo el mundo dudaba de que aquello llegara a fructificar. Bankia ya le había hecho saber a Aedifica hace casi un mes que no se había cumplido ninguno de los acuerdos urbanísticos estipulados y auspiciados en colaboración con el la Generalitat y el Ayuntamiento de Valencia.