Los contrastes de la vida quedaron ayer al descubierto al final del partido en el Ciutat de València. Con toda su crudeza. Instantes después de que el árbitro Hernández Hernández señalara el final del partido y la afición "granota" estallara en otro éxtasis por una nueva remontada recién lograda, la muerte realizaba una visita a la Grada Central. Lo hizo sin previo aviso, irrumpiendo con crueldad en medio de la felicidad. Un infarto fulminante terminaba con la vida de un aficionado de 82 años, mientras se retiraba dichoso de su localidad, junto a su nieto, tras 90 minutos de continuos sobresaltos. Su corazón dijo basta, pero le permitió, al menos, disfrutar de los goles de su equipo, de la espectacularidad de Martins sobre el césped y de la celebración colectiva de la grada. Se fue, al menos, tras vivir una intensa alegría. Y tras soportar, eso sí, el calor asfixiante que ayer sufrió especialmente la Grada Central, orientada hacia el Oeste, en un horario (16 horas) donde se mantienen picos muy altos de temperatura.

Los intentos por reanimar al seguidor, que respondía a las iniciales V.D.S., fueron en vano. Miembros de protección civil y de la Cruz Roja fueron los primeros en llegar al lugar, con desfibrilador en mano, para tratar de reanimarlo. Después acudieron miembros de los servicios médicos del Levante UD y de la Real Sociedad. Durante más de media hora,en la soledad de la grada, fue sometido a todos los intentos posibles para recuperar los latidos de su corazón. Finalmente, fue trasladado en una ambulancia al hospital clínico, donde se confirmó su fallecimiento por paro cardíaco. La cara de su nieto, de copiloto en la unidad móvil, al abandonar el Ciutat de València, era un tormento.

Confirmada la noticia, el club dio el pésame a la familia y agradeció a los servicios médicos de la Real Sociedad su colaboración a la hora de atender al afectado.

En una tarde muy calurosa -el partido comenzó a las 16 horas con 27,3 grados centígrados de temperatura-, no fue el único incidente. Los técnicos y futbolistas del Levante UD se llevaron un buen susto en el descanso, cuando Vicente Iborra sufrió una lipotimia. El futbolista, que iba a continuar jugando en la segunda parte, cayó desplomado en el vestuario y tras ser atendido por el médico del equipo, Rafa Plaza, se confirmó que sólo era un desmayo. El jugador de Moncada tuvo que ser sustituido. No fue el único al que le afectaron las altas temperaturas. "Hemos sufrido lipotimias y bajadas de tensión. Algunos me decían que no podían por el calor", aseguró el entrenador levantinista, JIM.