El jueves, antes de comenzar en GP de la Comunitat Valenciana, Héctor Faubel estaba en el camión del equipo Machado junto a su amigo, el expiloto Kike Bañuls. Ambos ponían a punto el mono para la carrera, en la que regresaba el Mundial tras perderse las anteriores cuatro citas. La de Cheste olía a carrera de despedida, al menos en el Mundial, porque ya no podrá correr más en Moto3 por edad, y lo tiene complicado para encontrar un hueco en Moto2 y MotoGP. Así que su futuro está en el Mundial de Superbike, o tal vez en el Campeonato de España de Velocidad. En aquel camión Bañuls le confesó a Faubel que había soñado que ganaba la carrera de ayer y que ésta iba a ser en mojado. El de Llíria espetó: «Si lo has soñado no me lo digas, si no, no se cumple». Pues casi ocurre. Faltó muy poco y solo una evidente inferioridad mecánica le privó de alcanzar su sueño.

Ya lo había avisado entrenamientos: «Como llueva que se preparen los de delante porque la voy a liar». Dicho y hecho. Héctor Faubel partía decimosexto en parrilla, pero con la lluvia caída justo antes de la carrera se vino arriba.

No lo tuvo fácil porque en la primera vuelta se tocó con un rival e incluso retrocedió hasta la 22ª plaza, pero ahí comenzó una remontada loca, en una de sus mejores carreras de toda la vida.

Por delante un grupo formado por Sandro Cortese (KTM), Miguel Oliveira (Suter Honda), Efrén Vázquez (FTR Honda), Brad Binder (Kalex KTM), Danny Kent (KTM), Zulfahmi Khairuddin (KTM) y Louis Rossi (FTR Honda) había abierto hueco y peleaba por las plazas del podio.

Mala suerte para Martín

En ese grupo también andaba Adrián Martín (FTR Honda), hasta que el joven piloto de Chiva se iba por los suelos en la contrarrecta de meta. Trató de regresar a pista, pero su moto estaba demasiado dañada. Una lástima porque por fin podía hacer algo grande en casa.

Otro de los favoritos, el alemán Jonas Folger (Kalex KTM), ni siquiera pudo tomar la salida desde la «pole» cuando su moto se paró en la vuelta de formación. Sus mecánicos lo arreglaron, pero en carrera tuvo que salir último y su moto volvió a fallar.

Entre tanto Faubel iba deshaciéndose de rivales a velocidad de vértigo, navegando por el mojado asfalto de Cheste. Pilotó con mucha finura y sin apenas sustos. Dio con el grupo, los pasó a casi todos y se puso segundo. El sueño estaba a punto de cumplirse. Pero cuando hizo lo más difícil, sus rivales reaccionaron a base de gas. En la recta de meta varios le pasaron sin contemplaciones por velocidad punta.

En las últimas vueltas peleó codo con codo con Khairuddin, Binder, Cortese y Kent por la victoria, pero no tenía nada que hacer. Los pasaba en las curvas, y se la devolvían en las rectas. En un último intento desesperado trató de hacer lo imposible en la curva Doohan y casi acaba por los suelos. La última vuelta se olvidó de hacer locuras, aguantó con una quinta plaza que supo a gran resultado. El mejor de una temporada muy complicada.