Maratón Divina Pastora 2012

Una cita con mayúsculas

Ha bastado con darle vitaminas un año al Maratón de Valencia para convertirlo en una cita deportiva de altísimo nivel, con más de 9.000 atletas

Epicéntro de la 32 Maratón de Valencia junto a la Ciudad de las Artes y las Ciencias.

Epicéntro de la 32 Maratón de Valencia junto a la Ciudad de las Artes y las Ciencias. / EFE/Bruque

Moisés Domínguez, Valencia

Que se revitalizara el añejo Maratón de Valencia era una asignatura pendiente desde hacía años, visto el estancamiento en el que, a contracorriente del resto de carreras populares, vivía la prueba de los 42 kilómetros. Pero lo que no entraba en los cálculos más optimistas era que la participación fuera tan desbordante y que el nivel cualitativo de la carrera fuera tan satisfactorio. Fue una matinal mágica aquella de 27 de noviembre. Primero, por la respuesta del aficionado. La foto de la salida, con el puente completamente lleno de personas en acción, ya fue un primer éxito de más de 9.000 atletas. Pero cuando, pasadas las dos horas, empezaban a entrar los atletas en la línea de meta y empezaba a constatarse la riada de Mejores Marcas Personales, el éxito quedó redondeado y las emociones se desbordaron.

Ha pasado un año y el nuevo Maratón Divina Pastora de Valencia se presenta consolidado, solidificado y abordando con ilusión su reedición. Cimentando lo que se pretende sea, si se administra bien, una de las manifestaciones más importantes del deporte valenciano, por no decir la que más.

No hay duda que los ingredientes están y sólo es necesario, con el paso de os años, saber mezclarlos bien. El benigno trazado, la época del año „vital fue el paso del invierno al otoño„, la organización y el entorno de la prueba. Lo demás ya son intangibles cosa del propio protagonista „sus piernas, su corazón y sus pulmones„ y de la suerte „que las condiciones meteorológicas sean las deseadas y que todos los atletas acaben la prueba sin contratiempos„.

Ha bastado un año para que Valencia desafíe a las ciudades que tienen unos maratones más consolidados. Porque la de casa, a pesar de que tenía 30 años de recorrido, era una prueba menor, a la sombra de Madrid „a la que ya se pisa los talones„, Barcelona, San Sebastián o Sevilla. Ahora mismo, nadie duda que se trata de un acontecimiento deportivo de primer orden. Y además, sin aspavientos ni pretensiones.

El Maratón no cuesta apenas dinero al ciudadano. Si que trastocará la matinal del domingo, para qué negarlo. Pero este acontecimiento deportivo sí que puede hablar de impacto económico, referente e imagen sin necesidad de que signifique una ruina encubierta. La presencia de Divina Pastora y la Fundación Trinidad Alfonso como patrocinadores y la de los propios actores „la cuota de inscripción„ permite que el ayuntamiento pueda acoger un acontecimiento sin necesidad de arruinarse, que no es poco. Y, sin embargo, el desarrollo de la marca Ciudad de Valencia es un hecho incontestable. Los miles de personas que llegarán para participar en la fiesta procedentes de todos los rincones del mundo así lo atestiguan.

Quedan retos por cumplir. Por ejemplo, superar en participación a Madrid. Por ejemplo, hacer la mejor marca jamás hecha en España. Y, quien sabe, vestiría tanto el poder decir, un día de estos, «el keniano tal consigue la quinta mejor marca mundial de todos los tiempos en el Maratón de Valencia».

Tracking Pixel Contents