Verticalidad letal

El Levante UD se impone en Riazor al Deportivo con otra demostración de seguridad defensiva y efectividad atacante Martins marca el primer tanto, a pase de Munúa, y luego provoca la expulsión de Aranzubia

Vicent Chilet

Da igual el estadio o el rival. El Levante UD es un equipo reconocible, un adversario áspero al que no se le notan sus limitaciones, escondidas con una enorme capacidad de sacrificio que siempre lo convierte en competitivo. Desde la resistencia defensiva, las dosis necesarias de buena suerte y el fútbol vertical con la chispa de calidad de Obafemi Martins, el Levante UD tumbó ayer al Deportivo en Riazor. Tres puntos muy sudados, como todos los sumados, como el resto de los que vendrán, que colocan a los de Juan Ignacio Martínez en la órbita europea y abre una preciosa distancia de diez puntos con la zona de descenso.

El Deportivo, gran rival, se vació, en un continuo asedio sin recompensa, sin rendirse ante la contundencia de la zaga "granota" y contra su propio infortunio, con dos sustituciones por lesión al cuarto de hora, un penalti errado y la expulsión de Aranzubia en el tramo final, que obligó a colocar a Bergantiños de portero. Martins derrumbó toda la dignidad gallega con un gol que rompe su sequía lejos de Orriols y provocando la roja a Aranzubia.

Las lesiones de Marchena y Zé Castro no alteraron la voluntad del Deportivo de tocar la pelota y de ser el equipo dominador. El Levante UD replegó filas y se sacó de encima todo el peligro que generaban los locales, muy incisivos por las bandas, con Bruno Gama y Camuñas. El trabajo por alto de Ballesteros y David Navarro, observados con lupa tras toda la polémica posterior a la visita del Real Madrid, fue impecable durante todo el partido.

Sofocado el primer cuarto de hora de peligro local, el Levante UD estiró líneas, buscando en balones largos la referencia de Martins. En la primera conexión, con un buen pase colgado de El Zhar, la pelota llegó franca al delantero nigeriano, desmarcado y solo ante Aranzubia. Le venía perfecta para definir de volea, con la izquierda, pero quiso controlar, dando a Bergantiños la décima de segundo necesaria para echársele encima y bloquear el remate.

La fatiga por el largo viaje transoceánico de ida y vuelta a Miami para jugar con Nigeria no hizo mella en los ágiles reflejos mentales de Martins, que a la siguiente oportunidad no falló. La jugada, por más que sea primitiva y esté estudiada por todos los rivales, sigue siendo efectivo. Como sucediera contra el Valencia, Munúa sacó fuerte y largo de portería, y nadie toca la pelota. El toque en el suelo pilla por sorpresa a la defensa al tiempo que Martins inicia su explosivo esprint. Completamente solo, sorteó la salida de Aranzubia y marcó a placer, a puerta vacía.

El protagonismo de Martins en este equipo es cada vez más trascendente. El Levante UD ha rehabilitado para el fútbol su mejor versión, la de hace una década, en los días de vino y rosas en el Inter. Ayer, además, rompió la maldición que le impedía marcar fuera del Ciutat de Valencia. La "Martinsdependencia" tiene su parte negativa, que se puede volver en contra si finalmente es convocado para la Copa África y el Levante UD se queda sin un delantero con el que, como se ha visto en Europa, también sabe jugar, aunque no sea tan peligroso.

Era el minuto 39 y el Levante UD daba un golpe psicológico a un partido que, tras el descanso, continuó bajo la tutela del Deportivo. A pesar de su mala situación clasificatoria, el conjunto de Oltra confía en el estilo de juego, alegre y combinativo, con el que se paseó la pasada temporada en Segunda división. El Levante UD notó en tareas defensivas la ausencia de Diop, baja por un malentendido diplomático con la federación senegalesa, y el esfuerzo defensivo hasta el final del encuentro fue máximo.

El penalti decisivo

A los siete minutos de minutos de la reanudación llegó la jugada decisiva del partido. Manos de Pedro López, involuntarias pero con el brazo despegado del cuerpo, y penalti claro, que acarrea la expulsión por doble amarilla del lateral derecho torrentino. Riki, el delantero más incisivo del Depor, chuta fuerte, con el cuerpo ligeramente inclinado hacia atrás, para romperla alta y por el medio, pero no calcula la precisión y la pelota se marcha a las nubes, un ensayo perfecto en rugby.

JIM recompuso la línea de cuatro de inmediato con la entrada de Chris Lell, pero con inferioridad numérica, el Levante UD pasó por sus peores momentos. El Deportivo, enrabietado, atacó sin dar tregua. Emergió en los locales la figura de Valerón, genio veterano, que en el minuto 57 dio una asistencia de lujo a Riki, que cruzó ante la salida de Munúa, que desvió con una pierna a saque de esquina. Fue la primera de las paradas providenciales del meta charrúa ante la que fue su afición, que le recibió con aplausos al mismo tiempo que abroncó a Juanfran por su pasado celtiña.

En los continuos centros de Laure, Navarro imponía su ley por alto, con saltos en los que tomaba impulso en las piernas y con los brazos, como todo central que se precie, como se comprobó en las reiteradas repeticiones de su desgraciado lance con Cristiano Ronaldo.

El Depor estaba volcado y el Levante UD se guardaba la baza de algún contragolpe de Martins, que Aranzubia salía a enfrentar en funciones de líbero. En el minuto 69, Martins fue más rápido que el meta vasco en una galopada en solitario y le derribó. Roja. Oltra había consumido las sustituciones con Bodipo y Bergantiños, que había empezado de centrocampista y luego había bajado a la defensa, terminó de portero. El Levante UD tardó en probar al improvisado portero porque el Depor no dejaba que la pelota saliera de campo "granota". Por dos veces Munúa sacó manos imposibles para evitar el empate, justo antes de que en un contragolpe la pelota llegara a Barkero, que se acomodó la pelota para buscar un zurdazo como reza el canon, pegado y junto al palo, haciendo inútil la estirada de Bergantiños. Los minutos finales se consumieron sin que el Depor abdicara en su esfuerzo por marcar un gol y con el Levante UD perdonando el 0-3.

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