Heroicidad colectiva en Mestalla

La expulsión de Barragán multiplica el esfuerzo físico y la ambición del Valencia, que frena todo el potencial del BayernFeghouli, reconvertido a lateral, extremo y delantero, firma el primer gran encuentro internacional de su carrera

v. chilet valencia

Soso Feghouli celebra todos los goles con una intensa emoción, sincera y contagiosa, con independencia del escenario o el rival. Anoche, con más motivo, ante el gran Bayern, el argelino, reconvertido en lateral, extremo y delantero al mismo tiempo, volvió a celebrar su tanto con los ojos cerrados, los brazos levantados y puños cerrados, en una loca carrera, seguido por el resto de sus compañeros, rendidos ante el primer gran partido de su carrera.

Soso fue el exponente de un Valencia que frenó al Bayern en una portentosa exhibición de esfuerzo y atrevimiento colectivos. La expulsión infantil de Barragán fue el acicate para resistir y estar a la altura de un partido de aroma clásico, al punto de resucitar una de las "perlas" que inmortalizaron al técnico Helenio Herrera, que afirmó que era mejor jugar contra diez que contra once. Así lo demostró el Valencia, que acabó cosido a rampas, en un envite que pasa a formar parte de la selecta colección de encuentros entre los dos conjuntos. Aquella capitulación en los 70 ante Maier y Torpedo Müller, la goleada 3-0 en el 96 ante el Bayern de Matthaus y Klinsman, las lágrimas de San Siro en 2001. Poco importaba que la clasificación estuviese cantada antes incluso de que arrancase el partido, con la derrota del BATE.

Braulio Vázquez, director deportivo del Valencia, avisaba de que el Bayern era un rival de la misma envergadura que el Real Madrid y Barcelona. Con ese rango había que jugarle, vigilarle, temerle. El fútbol del conjunto bávaro vendría a estar a mitad camino entre los dos "galácticos". Juega con la determinación y agresividad del equipo de Mourinho, ajustado al canon histórico del fútbol muscular alemán. Pero en tres cuartos de cancha se convierte en un equipo cómodo con la pelota, influenciado por la etapa reciente en el banquillo de Louis Van Gaal y la oleada de fútbol combinativo de la rejuvenecida selección alemana.

Concentración y atrevimiento

Ante una empresa de tal complejidad, el Valencia sacó su mejor versión, esforzado y concentrado en defensa, tanto colectivamente como en los duelos individuales y balones divididos. Dos eran las grandes claves del encuentro. Evitar la superioridad de la línea de tres mediapuntas, Ribéry, Kroos y Müller, con un dominio aplastante en el partido del Allianz Arena en llegadas desde segunda línea. También había que tener atado al jugador más desequilibrante del conjunto de Heynckes, como Franck Ribéry. Los ataques visitantes, como si Mestalla presentara una inclinación, acababan siempre por la banda izquierda de Ribéry, apoyado por Alaba.

Barragán cambia el plan

Durante media hora el plan funcionó sin estridencias. Barragán, crecido por un par de duelos ganados al internacional francés, se confió al ir al suelo en dos entradas duras sobre Ribéry y Alaba, con el balón lejos de Guaita, injustificables a todas luces, incluso para un árbitro tan permisivo como Howard Webb.

La autoexpulsión de Barragán, a la media hora, amenazaba con romper todo el frágil equilibrio por el que el Valencia había aguantado todos los intentos del Bayern. Pero el mazazo aumentó la solidaridad grupal. El Valencia, con Feghouli imperial multiplicándose en tareas defensivas, continuó igual de solvente en defensa y, para sorpresa de su rival, fue más eléctrico en la contra. La velocidad en la transición de Banega y Parejo en el juego atacante fue la clave para regalar ocasiones de gol a los incansables Feghouli y Soldado, que se fajó en un áspero duelo con Dante, que sorteó de milagro su expulsión.

Con Kroos y Ribery anulados, el Bayern continuaba cayendo una y otra vez en la trampa de las contras valencianistas. En el minuto 79, todo el orgullo trocó en delirio, con el tanto de Feghouli. El Bayern es grande entre otras cosas porque nunca se rinde, y redujo la heroicidad en tres escasos minutos. Un detalle menor, anoche tocaba proteger la leyenda de los Valencia-Bayern.

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