Su única "afición cara"

Cañete y sus Autos Locos

El exguardameta del Valencia CF presume de sus coches clásicos, con los que consolida su afición por las competiciones, donde ya forma parte de un equipo oficial

Santiago Cañizares posa con el Suzuki Swift con el que compite.

Santiago Cañizares posa con el Suzuki Swift con el que compite. / vozpopuli.com

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La primera vez que se puso a competir en serio en ralis, Santiago Cañizares se pegó una galleta en la Vila Joiosa. En aquel momento reconoció que, superado por la euforia, se había venido arriba... hasta que acabó abajo, en una zanja. Pero este contratiempo no le amilanó y siguió progresando. Ahora, el exguardameta del Valencia CF, convertido ya en un habitual de las pruebas automovilísticas, hace un repaso a su parque móvil en un reportaje en vozpopuli. La que es, según propia confesión, «la única afición cara que tengo». La carrera deportiva le fue muy bien, sigue en el mercado televisivo y aunque el mercado inmobiliario no está en su mejor momento, tiene el suficiente dinero como para hacer prácticamente lo que le da la real gana el resto de su vida.

Cañizares no ha entrado en la dinámica del fútbol activo: no se ha convertido en entrenador ni tampoco participa en esa particular tercera edad que son los campeonatos de veteranos. Tan sólo se dedica a teorizar. En el asfalto compite contra versiones reales de los Autos Locos, aunque Cañizares no ejerza aquí de Pier Nodoyuna.

En el reportaje que firma Vanessa Sanchidrian, asegura que «me gustan los coches que he visto correr hace 20 años. Son coches únicos y exclusivos de los 70 y 80. Se hicieron pocos, había libertad de potencia, corrían demasiado y los prohibieron. Son coches que no se volverán a hacer». Ahora mismo ya es piloto del equipo Suzuki-Repsol, compitiendo con un Swift Gr.A. «Un coche muy noble, barato y muy bueno para iniciarse».

Los coches históricos son un producto que, como el propio Cañizares asegura, «tienen buena venta. Se cotizan bien».

En estos momentos, su parque incluye un Porsche 911 SC; acaba de comprar un Ford Escort MK1, tras vender el coche más importante que ha tenido, el Fiat 131 (el ex Zanini) -con el que se fue a la zanja vilera en el año 2010-; y tiene un Renault Alpine A110 a la venta. Cada uno de estos coches tiene su historia. El Ford Escort es el que utilizará el próximo año en el campeonato de velocidad. Con el Porsche ha quedado en sexta posición este año. Y el Fiat llegó a ser subcampeón de Europa en el año 1979. El Renault que está en venta puede cotizarse sobre los cien mil euros y, tal como reitera, «siempre hay compradores. Me preocuparía más si tuviera que vender mi casa. Y no me gusta coleccionar ni almacenar coches que no uso». Los coches tienen el aspecto de lo que son: verdaderas antiguallas para lo que es el mercado automovilístico actual pero que, debidamente tuneados y «arreglados», se convierten en espectáculares centellas en circuitos cerrados.

Con estos coches poco podría hacer para transportar a su prole (tres de su primer matrimonio, una niña, Sofía, con su actual esposa, Maite García, y los trillizos que vienen de camino) utiliza una Mercedes Vito, un ejercicio de lógica. Incluso llegado el momento, a este paso, debería pensar en un microbús en caso de reunión familiar.

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