El déficit de Mou

Mario D. Braña

Después de una segunda temporada triunfal, José Mourinho va camino de un chasco de campeonato. Tanto en la Liga doméstica como en la europea, el Madrid está lejos de su mejor versión, esa que se traducía en un chorro de goles y puntos. Partidos como el de Dortmund o los dos de Sevilla han vuelto a poner en evidencia el principal déficit de la doctrina mourinhista:el equipo se atasca ante rivales cerrados, que no dan opción al famoso contragolpe madridista.

Mourinho ha tenido casi tres años para buscar soluciones en ataque estático. Es probable que no tenga mimbres para profundizar en ese estilo, algo que se debe en buena medida a su negativa a fichar a futbolistas del estilo de Silva o Cazorla, con calidad y recursos. Mou prefiere los centímetros y los kilos de Khedira o Essien, con los resultados que están a la vista.

En este Madrid de comienzos de temporada también empieza a vislumbrarse un problema físico. En su obsesión por acabar con la hegemonía del Barcelona, Mourinho llevó a sus jugadores al límite en las dos primeras temporadas. El año pasado, todos andaban como aviones. Ahora, cuando las cosas se ponen difíciles, el portugués echa de menos la frescura y la chispa de Di María, Özil, Benzema e incluso de Cristiano Ronaldo. Él, mientras tanto, prefiere pelearse con el mundo.

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