Valencia CF

El lastre de las expulsiones

El Valencia ha acabado siete partidos con un jugador menos sobre el campo, con el desgaste que ello implica

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­Calificaba el viernes Pellegrino como «muchas» las tarjetas que el equipo había visto hasta el momento y deseaba que se frenara el cómputo de amonestaciones. Pe­ro, lejos de sentirse advertidos y por tanto temerosos, los jugadores volvieron a ver el mismo número de tarjetas que en el partido contra el Espanyol: siete. En La Rosaleda, a los valencianistas les mostraron siete cartulinas amarillas y un jugador, Adil Rami, acabó expulsado tras ver cómo, en dos ocasiones, Muñiz Fernández le amonestó. Un hecho demasiado habitual en lo que llevamos de temporada. Y es que Ricardo Costa y Rami en dos ocasiones y Feghouli, Cissokho y Barragán en una se han ido al vestuario antes de tiempo. Una circunstancia que obliga al resto del grupo a un mayor desgaste físico, un sobreesfuerzo para cubrir el campo y a una readaptación al partido. En Liga, por ejemplo, el equipo ya ha tenido que jugar 139 minutos con un jugador menos.

A ello, además, se une el hecho de que tanto Mauricio Pe­llegrino como su ayudante Carlos Compagnucci vieron una tarjeta roja en el partido contra el Atlético de Madrid y fueron castigados con dos partidos de sanción .

El Valencia ya acumula 56 tarjetas amarillas en Liga que han provocado cuatro expulsiones por acumulación en un mismo partido y que suponen una media superior a las tres tarjetas por encuentro. La expulsión de Ra­mi en Málaga y el hecho de que Tino Costa viera la quinta cartulina impedirán que ambos ­futbolistas puedan jugar el sábado en Mestalla ante la Real Sociedad, partido para el que Pellegrino recuperará a Rober­to Soldado y Víctor Ruiz, que no viajaron a Málaga por sanción. Un hecho que demuestra có­mo las amonestaciones son uno de los males que arrastra el equipo. Cinco se han producido en Liga y dos en la Liga de Campeones. El otro es su irregularidad. Como si se tratara de las faenas taurinas de Curro Romero, el Valencia se empieza acostumbrar a encadenar buenos y malos partidos. Y a pasar de un extremo al otro. Tras el soberbio partido contra el Bayern, en el que tuvo que jugar 57 minutos con un jugador menos, en La Rosaleda el equipo de Pellegrino rozó el ­ri­dículo para exhibir, de nuevo, su irregularidad. Y es que el amplio resultado con el que el Valencia regresó de Málaga, 4-0, es la mayor goleada que ha recibido este año, pero la cuarta ocasión en la que le endosan un resultado tan amplio en los últimos cuatro años. La última vez que Valencia perdió así fue el pasado 15 de abril en su visita al Espanyol en un encuentro en el que, como el pasado sábado, estuvo ausente Roberto Soldado.

Ambiente enrarecido contra el Llagostera

En un ambiente enrarecido en el que más de un dirigente acusa a los jugadores de «creerse que son Messi tras ganar al Bayern», el equipo recibirá el miércoles al Llagostera en el partido de vuelta de la Copa del Rey. El equipo, que ganó en la ida por 0-2, a priori no debería tener problemas para cerrar con facilidad la eliminatoria. En el club, tras la decepción del sábado, preocupa la respuesta que la afición pueda dar a este partido y que las gradas de Mestalla estén desiertas. Los socios no pagan para ver al Llagostera y para los no socios los precios son muy baratos. a. b. valencia

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