Bankia, máximo acreedor del Valencia CF, descartó ayer la oferta presentada por el inversor costarricense Mario Alvarado el pasado lunes. Apenas tardó 24 horas en analizar la documentación „ dos certificaciones de pago„ entregada por el grupo del centroamericano, para llegar a la conclusión de que no garantiza la solvencia económica y por tanto, no ofrece credibilidad al Departamento de Riesgos del banco.

Ayer trascendió que la oferta presentada por Alvarado era de 200 millones de euros. Ese es el precio que había puesto a la deuda del Valencia CF y de la Fundación el grupo del misterioso inversor. La ambiciosa apuesta del supuesto financiero era comprar ambos préstamos a Bankia a un precio inferior al nominal, fijado entorno a los 281 millones. Esta sería una operación conocida como «fondo buitre» en los mercados financieros y que consiste en la adquisición de carteras de créditos dudosos por parte de fondos de inversión para especular.

La principal reserva de Bankia, desde un principio, era que la oferta no se hubiera presentado en la sede en Madrid, ante el que es el verdadero acreedor del Valencia. Otro de los motivos de sospecha era que Alvarado y compañía nunca se hubieran puesto en contacto con los responsables del Valencia CF y de la Fundación. Esta última ostenta el 70,6 % de los títulos y es la propietaria de la SAD. Tampoco les ofrecía garantías el hecho de que nunca hubieran reclamado una auditoría de las cuentas del Valencia. Especialmente cuando Eduardo Jarque, socio de Alvarado, conocía bien a los responsables del club de Mestalla pues estaba al frente de un concesionario Toyota cuando esta firma era patrocinador del equipo. Como se recordará, Jarque ya intentó aterrizar en el Levante UD primero con la promesa de un príncipe árabe inversor, y después con el propio Alvarado. En el club de Orriols siempre se quedaron esperando la documentación que avalara dichas promesas.

En esta ocasión, y siempre según el grupo inversor (que anoche aún desconocía el portazo que les daba Bankia), ya se habían repartido las distintas parcelas del organigrama. Amedeo Carboni llevaría la deportiva y pensaban en Rafa Benítez como entrenador, quien ayer reconoció a Levante-EMV la existencia de un contacto con el italiano. El técnico aseguró que «contactaron con Carboni, pero yo no he firmado nada». Juan Soler sería el asesor para acabar las obras del estadio que él inició y ahora paralizado. Este periódico trató ayer de contrastar esta vinculación con el expresidente, pero sin éxito.

Alvarado presentó dos documentos en Bancaja al que ahora pasa a ser presidente de su Fundación, José María Mas Millet. Una capacitación de pago y una garantía de 200 millones de euros del banco HSBC, uno de los más potentes del mundo. Avalaron la oferta vinculante con la sociedad Grupo Inmobiliario e Inversores Rualmaga SL, que tiene un capital social de sólo 59.000 euros. Y con una dudosa credibilidad. Tiene pendientes hasta 29 reclamaciones administrativas por parte de la Seguridad Social y una de la Diputación de Sevilla, por un valor aproximado de 20.000 euros, casi una décima de lo que suman sus activos (298.000 euros), al margen de varias demandas judiciales. Su administrador se preocupó la pasada semana, eso sí, de variar la situación de impagados de la empresa, días antes de presentar la oferta.

Los datos técnicos de la empresa, con sede en Sevilla, revelan algunas conexiones con Valencia. Su administrador único, Ricardo Ruíz García, también lo es de algunas sociedades emplazadas en Tavernes Blanques, Sagunt y en la capital. En ninguna de estas sociedades, incluyendo la andaluza, aparecen los nombres de Mario Alvarado y Eduardo Jarque como apoderados o administradores. Sólo el mencionado Ruiz, un desconocido en círculos financieros. La empresa que daba crédito a la oferta de 200 millones que el grupo de Alvarado trasladó a Bankia «tiene un tamaño muy pequeño atendiendo al volumen de sus ventas», según su examen financiero.

Mas Millet medió en la operación de Villalonga

El presidente de Bancaja en la recta final de su existencia, José Maria Mas Millet, se ha propuesto apurar su cargo en la entidad valenciana „ayer desapareció como tal„ como mediador de operaciones de compra-venta con el Valencia. Mas Millet, presidente de la nueva Fundación Bancaja, fue quien abrió la puerta del Valencia CF a Juan Villalonga, con quien había coincidido en Antena 3. Villalonga se presentó en Valencia en junio de 2008 prometiendo conseguir captar un comprador. No tuvo éxito, pero sí se llevó una indemnización de 10 millones de J.B. Soler por diez días en el cargo.

Mas Millet, último presidente de Bancaja, ha hecho algo más que recibir el pasado lunes a Mario Alvarado cuando éste y su socio Eduardo Jarque se presentaron en Pintor Sorolla 10 con su plan de compra. Al decir de fuentes de Bankia llevaba varios meses en contacto con ellos para preparar la fórmula para comprar la deuda del club de Mestalla en su condición de abogado en ejercicio. Cosa que no agradó en absoluto a la dirección del banco intervenido.