Barça y Madrid quieren la independencia

Barcelona y Madrid quieren independizarse. Los dos clubes ricos del fútbol español quieren promover la liga europea con los otros catorce grandes clubes y con ello no estar sujetos al campeonato nacional que ya no les complace porque el dinero, los grandes contratos, están en la competición continental. El proyecto no está aún definido y, presumiblemente, tardará en cuadrar todos los apartados. Entre otras razones, porque la UEFA también tiene que decir sobre el futuro que plantean, aunque en voz baja, los fundadores del llamado G14.

La indefinición sobre el futuro está en el modo de acceder a la competición. Hay quienes promueven una liga al modo de la NBA, es decir cerrada, con lo que los participantes no tendrían problemas con el descenso. Hay, por el contrario, quienes serían partidarios de que las ligas nacionales tuvieran opciones porque de no ser así sería asestarles una media lagartijera.

La gran discusión estaría en la participación de los de la The European Super League en sus propios torneos nacionales. Es indudable de que, presumiblemente, en estas competiciones tendrían menos interés por lo que jugarían con menos titulares. La fórmula de seguir en los torneos nacionales y jugar en Europa con propiedad de la plaza, independientemente de la clasificación local, tal vez tendría la negativa de las federaciones.

La UEFA estudia un plan según el cual habría un campeonato con tres grupos entre los mejores clubes continentales, fundamentalmente ingleses, españoles, italianos, alemanes y franceses con tres o cuatro descensos para dejar paso a los aspirantes de cada país competidor.

La pregunta que se plantean algunos está en si el interés que puede tener un Manchester United-Olimpique de Lyon puede ser superior al derbi con el City. En Inglaterra, España e Italia los grandes duelos no se reducen a los derbis o clásicos, sino que también hay encuentros con todo provecho como puede ser un Liverpool-Arsenal.

El mayor interés de los grandes está en el aumento de sus ingresos por los patrocinios. La Superliga generaría más dineros de todo tipo y, especialmente, de derechos televisivos porque repartir entre dieciséis sería más rentable que, como ocurre ahora, hacerlo con todos los participantes. Pedirían más caja y más suculentos dividendos. Los grandes beneficiados de una liga cerrada sería los futbolistas porque reducirían notablemente el número de partidos que tendrían que jugar. Participar en el nacional y en la Superliga reducida a dieciséis también marcaría un descenso. Ahora, los finalistas de la Liga de Campeones disputan trece partidos.

Sandro Rosell, presidente del Barça, al ser preguntado por la presunta independencia de Cataluña y la liga en que jugaría su club, ya dijo que era partidario de la liga europea con lo que el problema lo tenía resuelto. Con todo, de momento, hay quien mira el asunto con el prisma de "ad calendas graecas" y, sin embargo, de la misma manera que ya se cambió la Copa de Europa de eliminatorias directas a la Liga de Campeones con liguillas, no es un imposible llegar a vivir "The European Super League". Está en el deseo de quienes tiene mayor poder.

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