Empresas sin propiedades, varias minas y petróleo

Levante-EMV

El desembarco de Mario Alvarado en Valencia ha servido para que la prensa de Costa Rica haya colocado estos días la lupa sobre el empresario. Así, el periódico La Nación, reflejaba en su edición de ayer que Alvarado está ligado a siete sociedades anónimas, en casi todas como presidente; pero la mayoría no tiene ninguna posesión registrada. La única excepción es la de Inversiones y Mercadotecnia en la Construcción, con un Chevrolet de 1979 en su poder.

Además, y siempre según este periódico costarricense, el Ministerio Público confirmó que en su país existe una denuncia por presunta estafa contra Alvarado, aunque el proceso se encuentra en sus estadios iniciales. No es la primera vez que el nombre de la familia Alvarado se relaciona con la justicia. Años atrás, su padre, Mario Alvarado Abella, era el vicepresidente de Cofidesa, una empresa fiduciaria cuya bancarrota privó a cientos de costarricenses de sus ahorros a finales de la década de los años ochenta. En ese mismo caso figuró Orlando Sotela Montagné, presidente y fundador de la empresa de ahorros, y tío político del empresario costarricense. El hijo de Sotela y primo de Alvarado, Orlando, también apareció como imputado. El proceso, que tuvo amplia repercusión en el país centroamericano, se alargó durante 12 años. Tanto Alvarado padre como Sotela hijo acabaron absueltos. Sotela Montagné se suicidó en 1987, después de que trascendiera la quiebra de la correduría.

El perfil de Alvarado como empresario en Costa Rica es prácticamente desconocido, aunque su socio Eduardo Jarque asegura que trabaja con «comodities». Una mina de oro en Venezuela y otra de esmeraldas en Brasil, o negocios ligados al petróleo le han llevado, según Jarque, a entrar y salir del país. Las denuncias de su esposa o algunos otros conocidos las explican como simple «oportunismo». «Sus dineros son limpios», replican.

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