La Generalitat Valenciana asume el nuevo escenario al que se ha visto abocada como algo «transitorio», a la espera de que algún inversor compre las acciones. Al menos así lo aseguraban ayer desde el Valencia CF, que insistían en que el club conserva suficiente atractivo como para recibir ofertas por él. El peso de la marca Valencia CF, sobre la que Llorente ha recordado recientemente que es una de las de mejor posicionamiento internacional se contrapone a la galopante deuda que arrastra y al actual estatus, en el que los gastos corrientes sólo se pueden cubrir en condiciones deportivas muy favorables.

A la pregunta de si la aparición de un inversor no implicaría algún tipo de peligro, la respuesta era que el Consell no tendría por qué desprenderse del total de las acciones, pudiendo vender sólo el 51%. Con las parcelas de Mestalla revalorizadas por el Plan de Actuación Estratégico y la reclasificación de la Ciudad Deportiva de Paterna en marcha, los activos del Valencia según Manuel Llorente valen ahora cincuenta millones más que hace un año.

En las últimas semanas, y con la irrupción en escena de Fernando Gómez, han vuelto a emerger nombres al estilo de Juan Villalonga, al que Manuel Llorente ha vinculado con la candidatura del exjugador. A pesar del anuncio de que la Generalitat se hará cargo de la deuda de la Fundación, ayer se planteaban otros escenarios, como la posibilidad de que algún empresario pudiera hacer frente a esa deuda, solucionar el problema, y poderse quedar con el control accionarial.

Cuando a José Císcar se le preguntó ayer por el destino final de las acciones que pasarán a manos del Consell cuando Bankia ejecute el aval, respondió que eran cuestiones «que todavía no se han planteado». «Estamos en la primera fase. Negociar con la entidad financiera para no tener que hacer el pago completo de todo el préstamo porque insisto, la liquidez de la Generalitat está para otras necesidades. Las otras cuestiones tendremos que estudiarlas», manifestaba ayer.