El préstamo concedido por Bancaja a la fundación del Valencia Club de Fútbol fue una operación «con riesgo cero», incluso «con menos riesgo» que otras muchas operaciones formalizadas por Bancaja, dado que, además de los generosos intereses que comportaba, contaba con dos garantías ante su impago: las acciones de la entidad y el aval de la Generalitat, según aseguraron ayer a este diario fuentes próximas al expresidente de la caja, José Luis Olivas. Las fuentes consultadas explicaron que los exgestores de la caja no podían saber que el aval tenía defectos y podía ser anulado por la Justicia, como ha sucedido: «¿Cómo iban a saber eso? Cuando la administración te da un aval, das por hecho que es bueno y que la operación tiene todas las garantías necesarias para recuperar el dinero prestado».

Estas fuentes afirmaron también que Olivas está tranquilo respecto de la querella por supuesto delito societario presentada contra él y, entre otros, el presidente del club de fútbol, Manuel Llorente, a raíz de la ampliación de capital que se produjo tras la concesión del crédito. El expresidente de la caja insiste a su entorno en que él «no participó en aquella operación nada más que votando a favor en el consejo, como el resto de vocales», y que la tramitación del préstamo fue obra «del ejército de técnicos de la caja, que hicieron el informe favorable».